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Decenas de interrogados por criticar a las autoridades de Shanghái tras una estampida

La medida de presión a la opinión pública se debió a la necesidad de \"contener los rumores y mantener el orden social\"

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Decenas de personas fueron interrogadas por la policía tras publicar en internet críticas y comentarios sobre la mala gestión de las autoridades de Shanghái en la avalancha humana ocurrida en esa ciudad en Nochevieja, donde murieron 36 personas, informó hoy el diario South China Morning Post.

La medida de presión a la opinión pública se debió a la necesidad de "contener los rumores y mantener el orden social", señaló un responsable de la policía, cuyo nombre no fue publicado, al diario hongkonés.

"No se pueden erradicar del todo los comentarios negativos o la información falsa, pero los interrogatorios se efectuaron a modo de advertencia para los usuarios de internet poco 'amigables", añadió el oficial.

Los interrogatorios se producen en el momento en que familiares de víctimas -algunos de ellos muy críticos con las autoridades- y gobierno local negocian las compensaciones por el accidente, ocurrido en la zona más emblemática y turística de Shanghái, el Bund, donde se habían concentrado cientos de miles de personas para celebrar la llegada del año 2015.

Un total de 36 personas murieron y 49 resultaron heridas en la plaza de Chen Yi, junto a la orilla del río Huangpu, debido a la presión de la muchedumbre, cuyo gran número no había sido previsto por la policía, por lo que este año se habían tomado menos medidas de prevención que en fines de año anteriores.

La fuente policial anónima señaló al diario que se espera que algunos responsables de los cuerpos de seguridad shanghaineses sean destituidos por los fallos en las medidas de prevención.

Uno de los fallecidos fue un niño de 12 años, aunque la mayoría de las víctimas eran jóvenes veinteañeros, especialmente chicas. Ayer la prensa oficial reveló que en la lista de muertos había un ciudadano malasio y otro taiwanés.

Trece personas siguen en estado grave, y la situación de cuatro es crítica.

Como ocurre en cualquier suceso que en China desate críticas a la gestión pública, la censura ya ha comenzado a limitar la cobertura del siniestro, enviando circulares a los medios para ordenarles qué enfoques deben tomar y dificultando el acceso de los periodistas, especialmente los de medios internacionales, a los parientes de las víctimas.

Este fin de semana, varios de esos familiares llevaron a cabo una protesta espontánea en la zona donde ocurrió el suceso, lo que ha sido respondido por las autoridades con el envío de cientos de paramilitares para patrullar el lugar, que se ha convertido en zona de homenajes improvisados a las víctimas, especialmente en forma de ofrendas de flores.

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