El Gobierno nipón aprobó hoy la revisión de la hoja de ruta para las operaciones de desmantelamiento de la accidentada central nuclear de Fukushima, cuya duración total se ha mantenido en un plazo de entre 30 y 40 años.
Pese a que, tal y como ya se adelantó esta semana, la retirada de combustible -una operación clave en el proceso- se retrasará entre 2 y 3 años, el Ejecutivo nipón y la propietaria de la planta, Tokyo Electric Power (TEPCO), han estimado que dicha modificación no afecta al conjunto de labores pendientes en la central.
Además de a la futura retirada de este combustible fundido de dentro de los reactores, la planta, golpeada por el terremoto y tsunami de 2011, aún se enfrenta al problema de la acumulación diaria de cientos de toneladas de agua radiactiva en las instalaciones.
Estas inundaciones son producto del agua procedente de cauces naturales que penetra en los sótanos de los reactores y una vez allí se mezcla con líquido refrigerante contaminado que ha estado en contacto con las unidades dañadas.
Actualmente el Gobierno y TEPCO prueban un sistema experimental -un muro de hielo subterráneo- para desviar el flujo de los acuíferos y evitar que esa acumulación diaria de agua pueda ir a parar al océano Pacífico.
El tsunami y el seismo de 9 grados de magnitud en la escala Richter del 11 de marzo de 2011 provocaron en Fukushima el peor accidente nuclear desde el de Chernóbil (Ucrania) en 1986.
Las emisiones y vertidos resultantes mantienen desplazadas a miles de personas que vivían junto a la planta y han afectado gravemente a la agricultura, la ganadería y la pesca local.