El presidente de EEUU, Barack Obama, retomó hoy su campaña en favor de una reforma del sistema de justicia criminal y adelantó que en las próximas semanas viajará por el país para destacar algunos de los esfuerzos que se están haciendo en ese sentido.
"Nuestras calles son más seguras gracias a los policías valientes y fiscales entregados que ponen a los criminales violentos tras las rejas", destacó Obama en su mensaje sabatino transmitido por radio e internet.
Pero en las últimas décadas "también hemos encarcelado a más delincuentes no violentos que nunca antes, por más tiempo que nunca", agregó el presidente al recordar que EEUU alberga a casi el 25 % de los presos de todo el mundo, con unos 2,2 millones de personas en sus prisiones.
"Gran parte de nuestro sistema de justicia penal sigue siendo injusto", insistió Obama.
El mandatario adelantó que en las próximas semanas viajará a distintos puntos del país para destacar algunos de los esfuerzos que se están realizando a nivel local para mejorar y hacer más justo ese sistema.
De acuerdo con la Casa Blanca, Obama visitará este miércoles una comunidad de Charleston (Virginia Occidental) que está luchando contra la epidemia de adicción a la heroína que está golpeando a muchos otros rincones de EEUU.
Más adelante, el presidente prevé reunirse con líderes de las fuerzas del orden que están "decididos a reducir las tasas de criminalidad y de encarcelamiento", así como con expresos que "se están ganando una segunda oportunidad", según adelantó en su mensaje.
Además, Obama se declaró "alentado" por los "esfuerzos bipartidistas" en el Congreso en torno a proyectos de ley para reducir las penas mínimas a los infractores no violentos vinculados a delitos de drogas.
"Justicia significa que el castigo debe ser proporcional al delito. Y la justicia significa permitir que nuestros compatriotas que han cometido errores paguen su deuda con la sociedad y vuelvan a unirse a su comunidad como ciudadanos activos y rehabilitados", enfatizó el presidente.
En julio, Obama se convirtió en el primer presidente de Estados Unidos que visita durante su mandato una prisión federal al recorrer la cárcel de El Reno, en el este de Oklahoma, y reunirse con seis presos encarcelados por delitos relacionados con las drogas.
El mandatario quiere aprobar este año en el Congreso una reforma del sistema de justicia penal del país, con el fin de reducir las sentencias a los condenados por delitos no violentos relacionados con las drogas, que afectan principalmente a los hispanos y a los negros.