El papa Francisco y el patriarca Kiril abrieron este viernes un inédito canal de diálogo y cooperación entre las Iglesias católica y ortodoxa, tras casi mil años de cisma, que busca forjar un frente común para los desafíos del mundo actual como la persecución del cristianismo, la violencia y el terrorismo.
Ambos protagonizaron un histórico y "fraterno" encuentro en un salón de protocolo del aeropuerto de La Habana, el primero entre los primados de las dos Iglesias, separadas en 1054, que abre un nuevo capítulo en la relación entre los dos principales ramas del cristianismo.
El papa y el patriarca se saludaron con un abrazo y tres besos, como manda la tradición rusa entre amigos; un gesto significativo que refleja el talante dialogante y conciliador de Kiril y Francisco, que han logrado una reunión que sus antecesores no pudieron.
"La conciencia cristiana y la responsabilidad pastoral no nos permiten que permanezcamos indiferentes ante los desafíos que requieren una respuesta conjunta", reza la declaración común que Francisco y Kiril firmaron tras su encuentro, de unas dos horas.
En un breve discurso tras la reunión y firma del documento, el pontífice católico, que hizo una breve escala en Cuba en su viaje a México, agradeció a Kiril su "humildad fraterna" y subrayó que ambos estuvieron de acuerdo en que la "unidad se hace caminando" y en "una serie de iniciativas viables" de colaboración.
El patriarca ruso, por su parte, destacó que el encuentro permitió "entender y sentir" la posición del otro y que conversaron sobre las posibilidades de cooperación en la defensa del cristianismo.
"Hemos tenido una discusión abierta, con pleno entendimiento de la responsabilidad de nuestras iglesias con nuestro pueblo creyente, el futuro del cristianismo y de la civilización humana", indicó Kiril, que permanecerá de visita oficial en Cuba, donde hay 15.000 fieles ortodoxos, hasta el domingo.
En la declaración conjunta señalan que, católicos y ortodoxos, después de estar "durante casi mil años privados de comunicación" y "divididos dado a las heridas causadas por los conflictos del pasado lejano y reciente, por las diferencias heredadas por antepasados"; se unen ahora para centrar su atención hacia las "regiones del mundo donde los cristianos están sometidos a persecución".
"En muchos países de Oriente Medio y África del Norte se exterminan familias completas de nuestros hermanos y hermanas en Cristo, pueblos y ciudades enteros habitados por ellos. Sus templos están sometidos a la destrucción bárbara y a los saqueos, los santuarios a la profanación y los monumentos a la demolición", lamentan.
También denuncian que en Siria e Irak la violencia se ha cobrado miles de vidas y allí se observa "con dolor el éxodo masivo de cristianos de la tierra donde nuestra fe comenzó a extenderse y donde ellos vivían a partir de los tiempos apostólicos, junto con otras comunidades religiosas".
"En esta época turbadora se necesita diálogo interreligioso. Las diferencias en comprensión de las verdades religiosas no deben impedir que las personas de diversas religiones vivan en paz y armonía", añade el comunicado.
También se refirieron a la situación en Ucrania, donde las dos ramas del cristianismo tienen presencia, "que ya cobró muchas vidas, causó sufrimientos innumerables a los civiles, hundió a la sociedad en una profunda crisis económica y humanitaria".
A pesar del acercamiento rubricado hoy, la reconciliación entre ambas Iglesias aún se topa con un grave problema, precisamente en Ucrania: la Iglesia Greco-Católica o Uniata, a la que el Patriarcado ortodoxo acusa de apropiarse de sus diócesis en el oeste ucraniano y de promover la rebeldía contra Moscú.
"Esperamos que la división entre los creyentes ortodoxos en Ucrania sea vencida sobre la base de normas canónicas existentes, que todos los cristianos ortodoxos de Ucrania vivan en paz y armonía y que las comunidades católicas del país contribuyan a ello, para que nuestra hermandad cristiana sea aún más evidente", afirman en el texto.
Católicos y ortodoxos comparten un mismo Dios y el mismo evangelio, aunque mantienen profundas diferencias teológicas en cuestiones como el purgatorio o el origen del espíritu santo; asuntos que no trataron en este primer encuentro entre los jerarcas de las dos Iglesias católica y ortodoxa.
Este encuentro también abre la puerta a una visita papal a Rusia, una de las asignaturas pendientes del Vaticano, que sería posible durante el pontificado de Francisco, figura apreciada entre la curia ortodoxa ya que no ven en él las viejas rencillas de "proselitismo" del que sí acusaban a otros papas como Juan Pablo II