La Comisión Europea (CE) cree que ha disminuido el riesgo de que las nuevas sanciones a Rusia promulgadas por Estados Unidos dañen los intereses de la Unión Europea (UE), puesto que la versión final de la ley limita los proyectos que pueden verse afectados, dijo hoy la institución comunitaria.
"Es mucho más alto el umbral a partir del cual los proyectos energéticos con participación rusa pueden ser sancionados, lo que significa que menos proyectos pueden verse potencialmente afectados", afirmó la portavoz del Ejecutivo comunitario Mina Andreeva en la rueda de prensa diaria de la CE.
La Comisión cree que "esto es una buena señal", pero subraya que el impacto real "dependerá de la implementación en cada caso" por lo que Bruselas "permanecerá vigilante" para tomar medidas si es necesario, según la portavoz.
El Ejecutivo comunitario destacó que "hay un claro compromiso" de Estados Unidos para consultar a los aliados cuando vayan a imponerse sanciones, lo que permitirá a la UE estudiar en cada caso si estas afectarían a proyectos europeos o con participación europea y perjudicarían la diversificación energética del continente.
"Podremos dejar claras nuestras preocupaciones. Si estas no se tienen en cuenta, podemos considerar qué medidas tomar como respuesta", dijo la portavoz comunitaria.
Sin embargo, la Comisión no precisa en qué consistirían estas represalias puesto que por el momento no hay sanciones que puedan afectar colateralmente a los intereses europeos y porque la respuesta "dependería de la medida en cuestión".
Bruselas había expresado su preocupación porque las nuevas sanciones de Washington a Moscú por su supuesta injerencia en las elecciones presidenciales de 2016 y su actividad militar en el este de Ucrania pudiesen perjudicar a proyectos y empresas energéticas europeas, y criticó que se adoptasen unilateralmente.
La ley prevé sanciones para cualquier compañía que contribuya al desarrollo, mantenimiento, modernización o reparación de las infraestructuras rusas para la exportación de hidrocarburos, lo que podría repercutir en empresas europeas, como las que participan en la construcción del gasoducto Nord Stream II.
El presidente de la CE, Jean-Claude Juncker, se mostró ayer satisfecho porque las sanciones hayan sido suavizadas, lo que atribuyó a los esfuerzos diplomáticos de Bruselas, pero advirtió que la UE está lista para responder si es necesario en "cuestión de días".