El ministro de Finanzas y vicecanciller alemán, Olaf Scholz, propone, en una entrevista que publica en su edición de hoy la revista "Der Spiegel", la creación de un seguro de desempleo europeo, que debería servir de complemento a los sistemas nacionales a los que debería apoyar en momentos de grandes crisis.
"Soy partidario de complementar los seguros de desempleo nacionales con un sistema de reaseguramiento para toda la eurozona. Un país en el que una crisis económica lleva a que muchas personas pierdan su trabajo, lo que afectaría gravemente al seguro de desempleo nacional, podría tomar dinero prestado del seguro común", dice Scholz.
"Cuando se superara la recesión el país en crisis debería devolver los fondos que recibió. Al mismo tiempo, los gobiernos deberían esforzarse porque los sistemas de seguridad nacionales fueran más resistentes ante las crisis", añade.
Scholz recuerda en la entrevista la estrategia que siguió Alemania para afrontar la crisis en 2008 cuando se protegieron muchos puestos de trabajo con la creación de una jornada reducida subvencionada lo que, explica Scholz, "fue posible porque pudimos recurrir a las reservas del seguro de desempleo que se habían acumulado en tiempos de buena coyuntura".
Esa experiencia, según Scholz, debe ser también aprovechada para toda la euroza y el papel de las reservas lo desempeñaría el seguro de desempleo europeo.
Scholz, en la entrevista, subraya que la eurozona necesita más elementos de solidaridad e insiste en la creación de un impuesto de transacciones financieras, tal como lo había hecho su antecesor, Wolfgang Schäuble.
Según el ministro alemán, los problemas de la UE no tiene tanto que ver que haya un exceso de directivas europeas sino con que no se haya podido desarrollar una estrategia europea común ante problemas claves como la crisis migratoria.
Preguntado acerca de si la respuesta de la canciller Angela Merkel a las propuestas del presidente francés, Emmanuel Macron, no había sido demasiado tibia, el centrarse en detalles ante un proyecto que se define como una refundación de la UE, Scholz llama la atención sobre la diferencia de cultura política que hay en Francia y Alemania.
"A diferencia de Francia, Alemania no es una democracia presidencial donde el presidente sencillamente hace una declaración. Por eso, no puede haber sólo una respuesta. Tenemos que explicar en detalle nuestras posiciones en entrevistas, discursos y otros textos", dice.
Scholz recuerda además que para una reforma de la UE y de la eurozona no basta con un acuerdo entre Francia y Alemania sino que se necesita el consenso de todos los estados miembros.