El Ministerio de Sanidad de la República Democrática del Congo (RDC) elevó hoy a 14 las muertes confirmadas por el brote de ébola en el noreste del país, aunque el número de casos positivos se mantienen en 38.
Al incluir también los casos sospechosos y probables, estas cifras sitúan el número total de contagiados en 66, y el de muertes, en 28.
En las tres zonas de la RDC afectadas por el brote de la enfermedad vírica, las rurales de Bikoro e Iboko y la urbana de Mbandaka, se han registrado hasta hoy 14 casos sospechosos, 14 probables y 38 confirmados.
El Ministerio de Sanidad, junto a la Organización Mundial de la Salud (OMS), Médicos Sin Fronteras (MSF) y otros organismos internacionales, realizan desde hace dos semanas una campaña de vacunación en las tres zonas con la que se han inmunizado ya a 2.221 personas.
Se inmuniza, de momento, con la vacuna rVSV-ZEBOV, un tratamiento experimental que fue probado en Guinea Conakri tras la epidemia de 2014 a 2016, y la participación en la campaña es gratuita y voluntaria.
Es el único tratamiento experimental autorizado hasta el momento por el comité científico y el ético en la RDC, a pesar de que se valoran otros cinco fármacos: el ZMapp, Remdesivir (GS-5734), REGN3470-3471-3479, Favipiravi y mAb 114.
Este brote de ébola, localizado inicialmente en las zonas rurales del noroeste y que después alcanzó el área urbana de Mbandaka, es el noveno que golpea a la República Democrática del Congo desde que se descubrió el virus en 1976 en este país, cuando entonces se denominaba Zaire.
La enfermedad -que se transmite por contacto directo con la sangre y fluidos corporales de personas o animales infectados- causa hemorragias graves y puede tener una tasa de mortalidad del 90 %.
Sus primeros síntomas son fiebre repentina y alta, debilidad intensa y dolor muscular, de cabeza y de garganta, además de vómitos.
La peor epidemia de ébola conocida se declaró en marzo de 2014, con los primeros casos que se remontan a diciembre de 2013 en Guinea Conakri, desde donde se expandió a Sierra Leona y Liberia.
La OMS marcó el fin de la epidemia en enero de 2016, después de registrarse 11.300 muertes y más de 28.500 casos, aunque ha admitido que estas cifras podrían ser conservadoras.