Todas las fuerzas militares presentes en la actualidad en Siria que operen sin la autorización del Gobierno de Bachar al Asad deben retirarse de la república árabe, declaró hoy el presidente de Rusia, Vladímir Putin.
"Todos los que se encuentran ilegalmente en el territorio de cualquier estado, en este caso Siria, deben abandonar estas zonas. Es algo que se refiere a todos los países", afirmó en una entrevista a los canales de televisión RT, Arabik Sky News y Al Arabiya.
El mandatario ruso añadió que si el futuro Gobierno legítimo de Siria decide que no necesita más de la presencia de las Fuerzas Armadas de Rusia, "esto se referirá también a Rusia, por supuesto".
Putin subrayó que se trata de un tema que Rusia debate con Irán, Turquía, e incluso EE.UU.
"Es algo que digo abiertamente a nuestros colegas: el territorio de Siria debe ser liberado de la presencia militar extranjera, y la integridad territorial siria debe ser restaurada", recalcó, a pocos días de viajar a Arabia Saudí y a los Emiratos Árabes Unidos.
Rusia, principal aliado del régimen sirio de Al Asad, inició en septiembre de 2015 una operación militar en este país árabe a petición de Damasco, pero realizó dos retiradas parciales de su contingente militar en marzo de 2016 y en abril de 2017.
Además, en Siria se encuentran militares de EE.UU., Irán y Turquía.
Este último país lanzó el miércoles una invasión sobre el norte de Siria en manos de los kurdos para hacerse con el control de lo que ha denominado como "zona de seguridad", una franja de 480 kilómetros de largo y 30 de ancho de la que quiere sacar a las Fuerzas de Siria Democrática (FSD).
La campaña fue lanzada después de que Estados Unidos, aliado de los kurdos en su guerra contra el grupo terrorista Estado Islámico, anunciara el domingo que abandonarían la zona ante la inminencia del ataque kurdo.
Ankara considera a las FSD y a su principal grupo, las Unidades de Protección del Pueblo (YPG), como una organización terrorista vinculada con la guerrilla del Partido de Trabajadores de Kurdistán (PKK).
El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, ha dicho que su intención es ubicar en esa "zona segura" alrededor de 2 millones de refugiados sirios que se encuentran en su territorio.