El presidente de Ecuador, Lenín Moreno, aseguró este domingo que con el acuerdo alcanzado con los indígenas se detuvo "el golpe correísta", en referencia al exgobernante, Rafael Correa, su excorreligionario y actual acérrimo enemigo.
El comentario lo realizó a través de su cuenta de Twitter poco después de que se anunciarse un acuerdo con los indígenas, que puso fin a once días de protestas que dejaron siete fallecidos, según la Defensoría del Pueblo, aunque los indígenas contabilizan diez decesos.
"Una solución para la paz y para el país: el Gobierno sustituirá el decreto 883 por uno nuevo que contenga mecanismos para focalizar los recursos en quienes más los necesitan. ¡Se recobra la paz y se detienen el golpe correísta y la impunidad!", escribió el jefe de Estado.
Desde el inicio de la protesta, el Gobierno ha sostenido la tesis de que el exjefe de Estado Rafael Correa (2007-2017) intentaba desestabilizar la democracia en el país, extremo negado por el exgobernante que vive en Bélgica.
Desde Europa, el gobernante estuvo muy activo sobre lo que ocurría en el país y a través de redes sociales proponía un adelanto de elecciones como salida constitucional ante la grave conmoción que vivía Ecuador, con calles y carreteras paralizadas, estado de excepción y fuertes manifestaciones.
Representantes del Estado aseguraban que los indígenas suelen protestar sin los niveles que se registraron en esta ocasión, que incluyeron saqueos, violentos ataques a las fuerzas del orden, quema de vehículos, secuestro de policías y militares e incluso la quema del edificio de la Contraloría.
Al iniciar hoy el diálogo, Moreno felicitó a los indígenas por haberse desmarcado de los grupos violentos.
"Ustedes no son responsables de lo que ha pasado estos días", les dijo a los indígenas durante las conversaciones, que se realizan bajo el auspicio de la Conferencia Episcopal y el Sistema de Naciones Unidas en Ecuador.
Moreno anotó que en los actos de violencia se usaron sistemas que usan las FARC en Colombia y consideró que no es casualidad que en el hecho "están dineros del narcotráfico".
Para el canciller ecuatoriano, José Valencia, la violencia registrada fue parte de "un plan preconcebido para causar caos, desorden, forzar una alteración del orden democrático".
"Las manifestaciones violentas en todo el país, pero muy particularmente en Quito, son algo inédito. Nunca Ecuador había experimentado algo similar", dijo en una entrevista con Efe.
Y aseguró que "no es la protesta indígena simplemente. Es verdad que hay demandas económicas por parte de asociaciones indígenas, pero los propios indígenas se han desmarcado de esos actos violentos, saqueos, ataques a edificios como el de la Contraloría del Estado, a medios, a personas que pasan por ahí".