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Los cachorros del PP

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Son las jóvenes promesas del PP, la más pura ortodoxia, la línea dura. Por eso sólo acudieron Esperanza Aguirre y José María Aznar a clausurar su congreso, el de las Nuevas Generaciones de Madrid, en ausencia de otros líderes.

Fue reelegido Pablo Casado que ostenta el cargo de presidente desde 2005 y que además es diputado en la Asamblea madrileña. Digno seguidor de su presidenta, ya en septiembre había proclamado en tono mitinero que los jóvenes de su partido no eran como los de izquierdas, adoradores de asesinos como el Che Guevara, sino que los militantes del PP “idolatran a mártires como el concejal de Ermua, Miguel Ángel Blanco”.

Maestro de demagogias, seguramente sirvió de inspiración a Esperanza Aguirre cuando el otro día se lanzó a acusar a los socialistas del asesinato de Calvo Sotelo, en un intento de contrarrestar la memoria histórica.

El verbo enfático del responsable de los jóvenes populares gusta mucho a la presidenta madrileña que, cuando lo oye, suele celebrar sus frases con expresiones como: “Ole, ole y ole”. Sobre todo ante sentencias de la ralea de “los jóvenes españoles son del PP pero aún no lo saben, porque ser de izquierdas no está de moda, porque los de izquierdas son unos carcas”. Entonces a Esperanza se le desborda el entusiasmo.

Casualmente a la clausura del congreso de ayer habían excusado su presencia tanto Mariano Rajoy, como María Dolores de Cospedal o Alberto Ruiz Gallardón, embarcado en la candidatura de la olimpiada. Dado el nivel de los discursos y las ponencias seguro que ninguno de los asistentes les echó de menos. Para los jóvenes cachorros madrileños el verdadero drama hubiera sido la ausencia de: Aguirre y Aznar.

Estos jóvenes son el semillero de la derechona española, la inamovible, la eterna, la que desprecia cuanto ignora, la que se cree en posesión de la verdad. Entre las ponencias del congreso de estos jóvenes guardianes de la derecha más rancia está por ejemplo el revisar la conservación de los sindicatos, “una casta privilegiada y partidista”. 

Seguramente han sido educados en la nostalgia del sindicato vertical del franquismo, que ese no atacaba al poder, y no como los de ahora que, a su juicio, “sólo se dedican a atacar a los legítimos representantes de los madrileños”. ¡Cuánta ignorancia la de estos jóvenes que seguro han ido a colegios privados!

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