Los trabajos iniciados la pasada semana en el Barranco de Víznar, en Granada, para localizar fosas comunes de la Guerra Civil y señalarlas han culminado con la delimitación de un total de nueve posibles enterramientos. A partir de este martes el grupo de arqueólogos encargado de estos trabajos, que se prolongarán por dos o tres meses, comenzará con las catas arqueológicas que ya determinarán si efectivamente los lugares encontrados responden a la tipología de fosa común.
Según ha explicado a Europa Press Iván Sánchez, el arqueólogo encargado de la coordinación de las tareas, este lunes se ha procedido a la limpieza superficial de todas las zonas de intervención, y ya este martes arrancarán las prospecciones arqueológicas. Se empleará una sonda hueca de 25 milímetros de radio, que extraerá material estratigráfico del terreno y que podrá determinar su profundidad y tipología.
Los trabajos previos han determinado la existencia de nueve posibles fosas, situadas en torno al monolito que recuerda en el barranco que 'Lorca eran todos', y en la parte superior al mismo. Se han centrado en un área de unos 10.000 metros cuadrados, donde, por los testimonios escritos y orales que constan, podrían encontrarse unas 2.000 víctimas, entre ellas figuras destacadas de la sociedad de la Granada del 36, como el que fuera rector de la Universidad, Salvador Vila Hernández.
Se trata de una iniciativa impulsada por la Dirección General de Memoria Democrática de la Junta de Andalucía a petición del Ayuntamiento de Víznar, en un lugar que se encuentra a unos 800 metros del Parque Federico García Lorca, en el que se excavó en 2009 en busca de los restos de los fusilados junto al autor de 'Yerma', que culminó en diciembre de ese año sin que se hallaran evidencias de fosa alguna o siquiera una esquirla de hueso. La mayoría de historiadores coincide en que Lorca fue enterrado en un lugar situado en el paraje situado entre Alfacar a Víznar, aunque uno de los primeros en indagar sobre el asunto, el hispanista francés Claude Couffon, ubicó la fosa en el barranco, en su libro 'A Grenade, sur le pas de García Lorca' (1962).
No obstante, según los testimonios, los fusilamientos masivos comenzaron en el barranco de Víznar a partir de septiembre de 1936 (el fusilamiento de Lorca tuvo lugar en la madrugada del 17 al 18 de agosto), y se cree que continuaron hasta finales de ese año, incluso a principios de 1937, según ha señalado en rueda de prensa la documentalista encargada de recopilar la información al respecto Nuria López.
Las catas arqueológicas se harán de forma manual y en ellas participará un equipo compuesto por un total de ocho personas. Según ha explicado Sánchez, una vez que se delimiten las fosas, se instalará un hito en el lugar, que las ubique.
Esta iniciativa, solicitado por el Ayuntamiento de Víznar, que ha obtenido para ello una subvención de 40.000 euros, es el proyecto "estrella" de la Dirección General, tanto en lo económico como en recursos humanos, según reconocía en la presentación el director general de Memoria Democrática, Luis Naranjo, y va, según dijo, "más allá del carácter simbólico e internacional de Lorca".
En su opinión, la delimitación de fosas en este enclave, que además será marcado como 'lugar de memoria' con un monolito que será instalado el próximo 28 de junio, supondrá "un paso histórico en el conocimiento de la verdad", no sólo para las víctimas y sus familiares, sino para la ciudadanía en general.
Según afirmó Naranjo, si en el transcurso de los trabajos se hallara una sola evidencia de que allí tuvieron lugar asesinatos o episodios de violencia, la Junta tiene previsto acudir al Juzgado de Guardia a denunciarlo, porque, según ha sostenido, es su "obligación".