Más de medio centenar de menores infractores sujetos a medidas judiciales han participado en un programa formativo especial de la Junta de Andalucía impulsado en Granada que les ha permitido retomar sus estudios mediante acciones diseñadas para ayudarles a encontrar una vocación profesional.
El último curso de este programa ha sido clausurado este miércoles por la delegada del Gobierno andaluz en Granada, Sandra García, y el delegado territorial de Economía y Empleo, Juan José Martín Arcos, que han entregado en el Centro Público de Formación Profesional para el Empleo de Cartuja los diplomas de esta última acción formativa, que han completado diez menores.
El programa formativo, en el que han participado un total de 60 menores sujetos judicialmente a medidas de tareas socioeducativas y atendidos por la asociación colaboradora de Justicia Imeris (Integración de menores en riesgo) a través del Centro de Día, ha consistido en seis cursos programados a medida en las especialidades de ayuda a domicilio, arreglos y customización de prendas textiles, auxiliar de fontanería, pintor, operaciones auxiliares de montaje de instalaciones eléctricas y camarero de bar-cafetería.
"Para la Junta es una enorme satisfacción saber que muchos de vosotros habéis encontrado en esta iniciativa una motivación para seguir estudiando y una salida laboral y social alternativa", ha trasladado García a los alumnos.
TIEMPO PARA CAMBIAR
"La mayoría de vosotros no había tenido hasta ahora una oportunidad laboral o formativa pero siempre hay tiempo de cambiar de rumbo", ha añadido el delegado de Empleo, quien afirma que estos cursos, "además de servir para inculcarles hábitos laborales y sociales, han despertado en algunos alumnos el deseo de continuar con su formación".
Para ello, el Centro Fijo de Cartuja les ofrece la posibilidad de obtener el certificado de profesionalidad correspondiente a la especialidad cursada, "toda vez que se apruebe la nueva programación de formación de la Junta".
Este programa completa la atención prestada por Imeris a menores infractores en el Centro de Día, donde se realizan actividades socioeducativas y de apoyo escolar (en el caso de jóvenes absentistas) con el propósito de proporcionarles un ambiente estructurado que pueda compensar las posibles carencias del entorno familiar.
