Un grupo internacional de astrónomos, en el que participa el Instituto de Astrofísica de Andalucía (IAA-CSIC), ha presentado en la reunión de la Sociedad Astronómica Estadounidense sus resultados sobre un extraño grupo de objetos que parecen hallarse a mitad de camino entre las estrellas y las nubes de gas, después de once años de observaciones con el telescopio Keck (Hawaii).
El centro de nuestra galaxia constituye un entorno extremo, y no solo por Sagitario A*, el agujero negro supermasivo central, sino también porque la densidad de estrellas en la región central puede alcanzar los diez millones de veces la de la vecindad solar.
Los expertos iniciaron este proyecto pensando que si analizaban la complicada estructura de gas y polvo cerca del agujero negro supermasivo de la Vía Láctea podrían detectar algunos cambios sutiles en su forma y la velocidad. Para su sorpresa, detectaron "varios objetos que tienen movimientos y características muy distintos, que los ubican en la clase de objetos G, u objetos estelares polvorientos", indica Anna Ciurlo, investigadora de la Universidad de California (UCLA) que encabeza el proyecto.
Estos tres nuevos objetos --denominados G3, G4 y G5--, que se mueven extremadamente rápido y cerca del agujero negro, resultan interesantes porque se parecen a G1 y G2, hallados en 2004 y 2012. "Se pensó que G1 y G2 eran nubes de gas hasta que tuvieron su máxima aproximación al agujero negro y, contra todo pronóstico, no fueron destruidos.
Por esta razón se concluyó, en trabajos anteriores, que eran estrellas recubiertas de densas envolturas de gas y polvo", apunta Rainer Schödel, investigador del Instituto de Astrofísica de Andalucía que participa en el proyecto.
Se cree que estos objetos G constituyen estrellas "hinchadas", o estrellas que, debido a las fuerzas de marea del agujero negro, liberan materia de sus atmósferas pero que conservan un núcleo estelar intacto.
"La pregunta es, entonces, ¿por qué son tan grandes?", cuestiona Anna Ciurlo. El grupo de investigadores cree que estos objetos G son el resultado de fusiones estelares, donde dos estrellas que giran alrededor de un centro común (conocidas como estrellas binarias) chocan y se fusionan debido a la influencia gravitatoria de Sagitario A*.
A raíz de ello, el objeto resultante se hallaría "inflado" durante un largo periodo de tiempo, de hasta un millón de años, antes de establecerse y adquirir el aspecto de una estrella normal.
Los astrónomos seguirán la evolución dinámica de estos objetos, y prestarán especial atención durante su máximo acercamiento al agujero negro supermasivo, que desvelará su naturaleza de manera definitiva.
"Este hallazgo muestra que, a pesar de décadas de estudio, el entorno del agujero negro supermasivo del centro de la Vía Láctea puede seguir sorprendiéndonos", concluye Schödel.