La Universidad de Granada, junto a colaboradores como el Club de Robótica, ha hecho entrega de más de 4.000 protecciones faciales que se han repartido en siete hospitales, once centros de salud, once residencias o centros de mayores de Granada, Motril, Loja, Guadix y Ceuta elaborados con la colaboración de 14 centros educativos y la coordinación de la Oficina de Software Libre de la UGR.
Desde el inicio de la pandemia por Covid-19 el personal de la Oficina de Software Libre (OSL) de la Universidad de Granada comenzó a trabajar en la iniciativa del movimiento Maker, que de manera altruista estaba ayudando a imprimir soportes que con un simple acetato transparente podían ser una barrera física útil ante posibles contagios.
Según explica en una nota Maribel García Arenas, directora de la OSL, "este movimiento llegó a Granada con la aparición de los primeros casos y esta Oficina decidió ponerse manos a la obra". Para ello, contactaron con varios grupos de personas aficionadas a la impresión 3D, como el Club de Robótica de Granada, y les contaron la idea.
Cuando contactaron con ellos ya habían decidido que el mejor material para imprimir los soportes era PLA o PETG, puesto que pueden ser fácilmente desinfectados y aguantan bien la acción de algún agente corrosivo como la lejía, y comenzaron a imprimir.
Desde entonces se han ido uniendo los recursos de mucha gente, con aportaciones en metálico, en especie o simplemente aportando su tiempo y sus conocimientos. "Hemos logrado paliar esa urgencia inicial que existía en centros sanitarios granadinos entregándoles más de 4.000 protectores faciales que han sido repartidos tanto en Granada y algunos de sus municipios, y en la Ciudad Autónoma de Ceuta, puesto que un grupo de makers allí vinculados a la sede la Universidad de Granada se unió a esta iniciativa para abastecer a sus locales", detalla la directora de la OSL.
La iniciativa ha recibido el apoyo de 14 centros educativos que han aportado sus impresoras y sus docentes para manejarlas. Se han involucrado más de 12 empresas y se ha contado con la ayuda de la Policía Nacional, de la Policía Local, de Protección Civil y de otras asociaciones como el Open Lab del Parque de las Ciencias, la Asociación del Profesorado de Tecnología de Andalucía o la Red Andaluza de Robótica y Tecnología Educativa que también han echado sus manos para esta causa.
