Por eso Alberto Cortez, que desde mediados de los años sesenta reside en España, no tiene intención de retirarse y mientras prepara sus próximas giras por México y Argentina y ultima la preparación de un nuevo disco (ha grabado más de cuarenta), acompaña a la autora de su biografía en la presentación en España de La vida, publicada por Ediciones Autor de la Sociedad General de Autores y Editores.
Con un “he seguido el camino de mi vocación” Alberto Cortez resume, una trayectoria vital y artística que se inició a los seis años, cuando empezó a tocar el piano, y a los doce, cuando el descubrimiento del erotismo le llevó a componer su primera canción, Un cigarrillo, la lluvia y tú.
En sus cinco décadas de carrera profesional Alberto Cortez, que en el 2007 recogía un Grammy en reconocimiento a su trayectoria, ha vivido muchas anécdotas que aún hoy le impresionan, muchas de ellas relacionadas con su canción Cuando un amigo se va, que escribió tras la muerte de su padre y que él mismo ha cantado en funerales como el de Loyola de Palacio.
“Era una gran amiga, antes de morir dijo que quería que la cantase en su funeral y así fue”, cuenta Alberto Cortez, que también se sorprendió cuando una multitud en México cantó esta canción al Papa Juan Pablo II cuando éste se dirigía al aeropuerto tras la que sería su última visita al país.