La solidaridad de Rota se expande y llega a los rincones de Honduras más afectados por los dos
huracanes que han arrasado la zona durante el pasado mes de noviembre. Es la historia de
Gonzalo Soler, un enfermero roteño, que se ha sumado como voluntario para ofrecer atención primaria en el país de Centroamérica.
El pasado 2 de diciembre comenzó la misión de la
Organización Mundial de la Salud para ofrecer asistencia sanitaria en las zonas más afectadas de Honduras. Una operación denominada
Emergency Medical Team (EMD) que se compone de un equipo de dos médicos, siete enfermeros, un jefe de misión y cuatro técnicos de emergencia sanitaria.
Gonzalo, que estudia actualmente el
Máster de Emergencia, Urgencia, Catástrofe y Acción Humanitaria en Sevilla, no dudó en incorporarse a la misión y tomó un vuelo desde Madrid a Tegucigalpa, capital de Honduras. El joven roteño lleva una semana recorriendo varios
pueblos arrasados por estos dos huracanes ofreciendo atención primaria a los hondureños. Tratar enfermedades crónicas, traumas o patologías digestivas son algunas de las tareas de este equipo de emergencia que se ve inmerso en un panorama desolador. Aldeas como Santa Bárbara son las zonas que más han sufrido los vientos y las lluvias del
Huracán Iota, donde Gonzalo y sus compañeros hacen todo lo posible por paliar esta situación.
La secretaria de Salud de Honduras es la encargada de asignar las zonas donde este equipo de héroes sin capa tiene que actuar. Gonzalo nos cuenta que ha visitado pueblos como
San José de Oriente, San Vicente de las Nieves y las Marías de las Vegas. Pese a la complicada situación que muestra el país, el joven enfermero comenta emocionado que los hondureños le han tratado como si fuera uno más del pueblo y, con una sonrisa de oreja a oreja, le han ofrecido comida y cobijo durante estos días de duro trabajo.
"Pese a no tener recursos, nos han ofrecido siempre un plato en el que comer y eso hace que se humedezcan los ojos... Ha sido difícil no poder dar más de un abrazo por el tema del Covid", comenta muy emocionado.
La diferencia horaria entre
Honduras y España, concretamente de siete horas, hace aún más difícil mantener el contacto con sus familiares y amigos. Por ello, Gonzalo ha aprovechado este medio de comunicación para enviar un
mensaje de tranquilidad a su familia, pareja y amigos.
"Estoy muy bien y tengo muchas ganas de verles a todos", se despide Gonzalo poniendo punto y final a esta entrevista, justo antes de comenzar una nueva aventura.