Fue el gran acontecimiento cultural de principios de la décana de los 90 del siglo pasado. San Fernando nunca había tenido una galería de arte de esas características, con ambición y con la calidad que demostraron las distintas exposiciones, que es al fin y al cabo lo que da prestigio a una galería.
Ángel Aparicio, comerciante, la puso en marcha junto a su mujer en un ejemplo más de su visión de futuro y de su implicación en la vida cultural de la ciudad.
Porque Ángel Aparicio es de las personas que iba a un viaje de negocios y volvía con un cuadro que había comprado en una exposición, amor al arte en la piel de un comerciante de ropa, oficio tan distinto y distante de un galerista de arte.
Antonio Aparicio Mota, Antonio Mota como escultor, tomó el relevo hasta que el trabajo ya impedía seguir adelante y perdió un poco su carácter público, pero no totalmente porque ha seguido cumpliendo con su cometido adaptándose a cada época, como va a volver a hacer esta semana.
La Galería de Arte ERA va a retomar su actividad este viernes, cuando tendrá lugar la reinauguración y en este caso lo hace como instrumento de la asociación cultural La Ensalaera, un nombre que se eligió porque Galería ERA estaba registrado -a nombre de Aparicio, pero registrado- y porque su cometido se va a desarrollar a través de otras fórmulas que van a diversificar las actividades.
Antonio Mota ha puesto toda la ilusión en este proyecto y ya habla de las primeras exposiciones que va a acoger la Galería ERA o la Sala ERA, de ahí el nombre de la asociación cultural.
Y ha puesto toda la ilusión porque se trata de preparar un traspaso que es continuación del que se hizo hace tiempo cuando Ángel Aparicio puso en manos de Mota, el artista de la familia, lo que fue su creación.
El escultor autor de la estatua de Camarón en la plaza Juan Vargas o del Camaronero en la plaza del Rey prepara el traspaso a su hijo Antonio Aparicio, cantautor, artista, al fin y al cabo.
¿Qué va a cambiar de aquella galería del principio a lo que ha seguido siendo ya un poco más íntimo, “porque aquello no ha sido mi taller ni mi almacén”, sino que ha tenido vida social?
Va a cambiar el concepto. Y lo va hacer a través de una filosofía que ya se ha puesto en marcha en La Isla en varias entidades, entre ellas La Fragua o la propia La Ensalaera.
Lo que está claro para Antonio Mota es que cuando la gente se une las cosas salen y de hecho ahí está La Fragua “que no somos los seis de la junta directiva, sino las 180 personas que la forman”.
Este viernes
A partir de ese viernes que viene la Galería ERA será un sitio para albergar exposiciones de pintura o escultura, o de fotografía y será gratuita la entrada.
Pero también será un lugar donde La Ensalaera organizará eventos culturales como actuaciones con música diversa, con baile, con cante, con acústicos porque allí caben unas 70 personas pero se quieren poner unas 60 sillas.
Los artistas irán a la entrada y dejarán un tanto por ciento de lo que recauden para la asociación que debe hacer frente a cosas tan mundanas como limpiar el local cuando terminen las actuaciones, pagar la luz y el agua... Pero nada más. El altruismo seguirá siendo su santo y seña.
El altruismo y la calidad, porque Antonio Mota adelantaba a este periódico dos de las exposiciones que se van a ver en la Galería ERA en este es de marzo, al menos una de ellas.
El fotógrafo argentino José Lamarca, el autor de las fotos más icónicas de Camarón y Paco de Lucía reconocidas en todos el mundo, era un hombre que disparaba preferiblemente en estudio, con la luz adecuada a cada foto. Y además en blanco y negro.
Eso no quita que hiciera alguna que otra portada de disco en color porque se lo pedían, e incluso que tenga una colección de fotos en color pero que nadie ha visto aún.
Esas fotos en color de Lamarca serán las que se vean en la Galería ERA, donde se están encargardo de hacer las copias y enmarcarlas para que todo el mundo pueda disfrutar de algo nunca visto.
Otra de las exposiciones estará dedicada al pintor isleño ya fallecido Fermín Salinas y también se trata de obras que nunca han visto la luz y que incluso se la dio a Mota para que la quemara.
Mota no la quemó y Salinas se alegró de ello. El artista isleño falleció sabiendo que cuando él no estuviera, esa Obra golfa se expondría por primera vez.