El mundo se transforma deprisa, en poco tiempo han cambiado radicalmente la forma en la que se trabaja, consume, y la manera de relacionarse, divertirse o desplazarse.
A los efectos de la crisis financiera global y a los de la crisis por Coronavirus, que está causando la mayor recesión mundial de la historia, se le añaden la crisis medioambiental del planeta y los efectos económicos y sociales de la globalización y la revolución tecnológica.
El Ayuntamiento de San Fernando está firmemente comprometido con un desarrollo que dé respuesta a las necesidades del presente abordando los retos en materia de sostenibilidad, contaminación, cambio climático, energía sostenible o transformación digital.
Los grandes procesos de cambio que han atravesado con más o menos virulencia todos los ámbitos de convivencia social a lo largo y ancho del mundo afectan de manera muy directa a la ciudad de San Fernando. La alcaldesa Patricia Cavada, señala que “en las áreas urbanas son precisamente donde se concentran problemas y oportunidades. Estamos frente a un cambio de época en el que las ciudades somos a la vez parte del problema y de la solución“.
En este sentido, la realidad sobre la que se diseñó el Plan General de Urbanismo de San Fernando, aprobado definitivamente hace ya 9 años pero que inició su elaboración hace ya 17, nada tiene que ver con los retos de San Fernando en la actualidad.
La alcaldesa, Patricia Cavada, ha manifestado que “afortunadamente el PGOU vigente en la ciudad, es un documento que pese al paso del tiempo es una norma ejemplar, moderna y muy avanzada en sus planteamientos, pero hoy tenemos sobre la mesa nuevos retos que requieren nuevas herramientas normativas que nos permitan darles respuestas”
Es por ello que, el Ayuntamiento tiene el firme compromiso de alcanzar un modelo de desarrollo urbano que sea sostenible en sus tres dimensiones: la social, la ambiental y la económica. “Consideramos que es necesario abordar con urgencia una revisión de toda la normativa que permita cambiar el modelo de desarrollo, afrontar los nuevos problemas y convertir estos cambios en oportunidades para la ciudad. Estar más preparados, estarlo antes que el resto de municipios y con mejores herramientas para convertir esos cambios en oportunidades”.
Entre esa normativa se encuentran varias de las ordenanzas, reglamentos y planes municipales que actualmente están siendo revisados o elaborándose de nuevo, pero es sin lugar a dudas de ellas el plan general de ordenación urbana la herramienta fundamental, por lo que el ayuntamiento está elaborando una profunda revisión del mismo. En la misma se está evaluando cuál es el mejor camino para seguir con el Plan, analizando las ventajas e inconvenientes de modificarlo de manera parcial o sustancial o iniciando la redacción de un nuevo documento que dé respuesta a las nuevas demandas.
Desde el Gobierno municipal se considera sin duda, que la opción de elaborar un nuevo Plan respondería de manera más eficaz a los retos que plantea el futuro pero será el equipo técnico quien determinará cuál es la mejor opción. “En cualquier caso, la opción que se tome, ha subrayado Cavada, se hará de manera que sea compatible con el desarrollo de nuevas actuaciones urbanas e inversiones que vayan en la línea del desarrollo urbano que todos deseamos y necesitamos”.
Para ello, se han mantenido ya varias reuniones de trabajo e intercambio de información con la empresa Territorio y Ciudad, adjudicataria del contrato de evaluación y revisión del estado del Plan actual. En estas reuniones se está realizando un análisis del cumplimiento o agotamiento del proyecto de ciudad que el PGOU representa, una evaluación de los indicadores de sostenibilidad de la ciudad, una revisión de las actuaciones urbanísticas públicas y privadas del plan, y un análisis de las respuestas que el PGOU actual ofrece a los nuevos retos.
En este sentido, la evaluación del PGOU tiene que analizar con detalle las respuestas que ofrece actualmente la normativa urbanística ante los problemas y retos que tenemos como ciudad en los próximos años, como el incremento de las desigualdades o el cambio climático, hasta la gestión pública del agua, la transición energética y el fomento de una economía productiva, diversificada y responsable. “Las recetas que sirvieron para estructurar y que daban forma a las políticas urbanas en el pasado ya no nos volverán a ser útiles, por lo que debemos aprovechar que estamos en un momento idóneo para crear estructuras de desarrollo más sólidas y resistentes a los vaivenes de la economía, más adaptadas y adecuadas a las nuevas formas de ciudadanía y a los retos ineludibles de la sostenibilidad ambiental”, ha asegurado Cavada.
Asimismo, ha añadido que “se espera que en los próximos meses tengamos esta evaluación técnica fundamental que nos permita tomar la mejor decisión y afrontar mejor preparados los nuevos retos”.
Para la alcaldesa, “las ciudades contamos con el conocimiento, el valor de la proximidad y la fuerza de la inteligencia colectiva para afrontar estos problemas globales. Desde el Gobierno municipal nos sentimos interpelados y comprometidos ante los nuevos retos. Las intervenciones urbanísticas tradicionales, muy basadas en la planificación y el control de los usos del suelo, se han ido viendo impotentes para responder a esos nuevos retos. Necesitamos aportar claridad en la definición de los conceptos clave del futuro. Este análisis nos debe servir para reforzar y devolver a la ciudad, su papel de motor de la economía y del bienestar de las personas”.