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Sanlúcar

Brutal agresión al entrenador del Rayo Sanluqueño en casa del Tesorillo

Figueroa recibió patadas y puñetazos y terminó en el Hospital de Jerez

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  • Juan Figueroa pasó por un mal momento -

—Rayo Sanluqueño—Adri, Luis, Chema, Curro, Wily, Lolo, Juanlu, Huevo, Víctor, José Mari y Leiva. También jugaron Andrés y Leo.
Gol: 0-1 (Lolo 85’).
Incidencias: Encuentro disputado en San Martín del Tesorillo. Partido correspondiente a la jornada 20 de la Regional Preferente.
Próxima jornada: Rayo Sanluqueño - Chipiona (este viernes, 20.30 horas. El Palmar).

La victoria que logró el Rayo Sanluqueño en su visita al Tesorillo, que no conocía la derrota en casa, quedó en un segundo plano por la brutal agresión que recibió su entrenador, el jerezano Juan Figueroa, tras finalizar el encuentro. Con un ambiente muy crispado durante el partido y tras recibir continuas amenazas, el entrenador rayista fue golpeado por varias personas, sobre todo por el número 8 del Tesorillo -Nacho-, de ahí que los jugadores del conjunto de la Ciudad de la Manzanilla tuvieran que intervenir para evitar males mayores.

Juan Figueroa recibió tres puntos en la oreja derecha, además de tener el cartílago despegado. Tuvo que ser atendido en el Centro de Salud de San Enrique de Guadiaro y después en el Hospital de Jerez para que le examinaran el tímpano. La expedición rayista llegó a casa más tarde de lo previsto y se dio el caso que el chófer que trasladó a los jugadores era el mismo que el de los juveniles A del Atlético Sanluqueño cuando éstos fueron agredidos en La Línea ante el Zabal.

Manifestó que “sabía que iba a ser agredido y eso me hizo estar en alerta. Todo empezó cuando recibo un pellizco y al momento me encuentro con varios jugadores y aficionados del Tesorillo que me agreden y veo que estoy en una situación complicada. Recibí puñetazos y patada”.
Asegura que “el jugador número ocho del Tesorillo, Nacho, es el que me da la patada en la oreja y es cuando empiezo a sangrar”.

También lamenta que “el árbitro no se portó bien porque estaba a un metro de donde empezaron a agredirme y dice que no vio nada. Tampoco me extraña porque es de La Línea y empezó a salur a todo el mundo. Si hubiera puesto todo lo que sucedió al Tesorillo se le cae el pelo. Menos mal que los jugadores del Rayo Sanluqueño me defendieron”. Tras el partido sintió mareos y le tuvieron que inyectar un tranquilizante por los dolores que estaba padeciendo.

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