Las ganas de reencontrarse con la Sanlúcar cofrade pudieron más que los distintos partes meteorológicos que barajaban los responsables de las dos Hermandades del Miércoles Santo sanluqueño. De nuevo, otro día más, desafiando al tiempo, Los Estudiantes y Los Dolores comenzaron su camino por las calles de Sanlúcar acompañadas por un fervoroso público. El objetivo, realizar su Estación de Penitencia, quedó cumplido pero sin embargo, aen el tramo final de sus recorridos, la lluvia - que se esperaba desde media tarde - hizo acto de presencia obligando a acelerar el paso a las Cofradías y a acortar parte de sus itinerarios.
Puntual, a las seis de la tarde, llamaba a la puerta de la Parroquia de Santo Domingo el nazareno que pedía el permiso para poder realizar su Estación de Penitencia. Comenzaba entonces a inundar el patio de la parroquia el color negro de los cientos de nazarenos que acompañan al Cristo de los Milagros, único paso de esta Hermandad, de las más numerosas de Sanlúcar. Impresionante la imagen del Cristo de los Milagros, obra de Miguel Adams de 1592. La Virgen de las Penas, que acompaña al crucificado en el Calvario, volvió a lucir corona en lugar de diadema, como ya sucedió en 2011 en la procesión del Santo Entierro Magno. Acompañaba a la Hermandad la Banda de Cornetas y Tambores 'Madre de Dios de los Desamparados', de Sevilla. La amenaza de lluvia hizo a la Hermandad apresurar el paso desde el principio de su recorrido, lo que le llevó a llegar veinte minutos antes de lo previsto a la Carrera Oficial de Plaza de la Paz y a dejar este espacio de tiempo entre su paso y el de la Hermandad de Los Dolores. Con la misma antelación llegó de nuevo al patio de Santo Domingo, donde comenzaron a caer las primeras gotas de lluvia. 'El Regugio de una madre', 'Caminar de una fe' y Reina de los Ángeles' fueron las últimas marchas que se escucharon en los muros centenarios de Santo Domingo antes de la recogida de la Cofradía.
La multitud que se dio cita en la plaza de la Trinidad para cobijar a la Hermandad de Los Dolores despejó las posibles dudas sobre su salida. A las siete de la tarde se abrieron las puertas de la Iglesia, poniendo en la calle la Cruz de Guía de una de las Hermandades cuyos titulares son más venerados por los sanluqueños. De nuevo, las saetas de la sanluqueña María Mezcla recibieron al Cristo de las Misericordias y a la Virgen de Los Dolores, 'La Lola' que se encontró con sus devotos en la que podría ser la antesala de su próxima Coronación Canónica. Estrenaba el paso de misterio el romano, obra de Fernando Aguado, más acorde al resto de las tallas del paso, que aún queda por completar con una más. La Banda de Cornetas y Tambores 'Veracruz' de Los Palacios acompañó de nuevo al paso de misterio, cuyos exentos florales fueron mínimos para no restar majestuosidad al conjunto. A los sones de 'Concha', obra de Víctor Ferrer e interpretada por la Banda de Música 'Maestro Dueñas' de El Puerto de Santa María, asomó la imagen de 'La Lola' por el pórtico de la Iglesia de la Santísima Trinidad. El público recibió a la Dolorosa entre ¡vivas! y ¡olés! y su caminar por el Barrio de la Plaza comenzó, como se ha convertido en tradición, con la interpretación de 'Costaleros de la Trinidad', del maestro Javier Alonso. Uno de los puntos más álgidos de la salida procesional de la Hermandad de Los Dolores fue su paso por la Cuesta de Belén, arropada por multitudes de cofrades que aún no daban crédito ante lo que se convirtió en una magnífica noche de Miércoles Santo. Sin embargo, primero una leve lluvia a su paso por la Plaza de San Roque hizo meditar a la Hermandad si recogerse o no. Y finalmente, tras realizar la Carrera Oficial por la calle Ancha, una ligera lluvia obligó a la Cofradía a recogerse con premura y a suspender su paso por las calles Zárate, Carmen Viejo y Trascuesta. La presencia de una lluvia más constante no dejó ocasión para una extensa despedida de los titulares de Los Dolores. Pero pudo haber sido peor.