De las soleras de la nave Trinidad, en la Bodega de El Toro, de Bodegas Barbadillo, nace Manzanilla Trinidad, una manzanilla joven, con cuatro años de crianza y envasada en rama que pretende llegar a los paladares de todos los sanluqueños, ya uq ela bodega pretende comercializar el 90% de la producción en la localidad.
Precisamente esta bodega ha sido este lunes escenario de la presentación oficial de Nave Trinidad, el último producto de las bodegas sanluqueñas que guarda una estrecha relación con la I Circunnavegación a la Tierra, ya que lleva el nombre - además del casco bodeguero del que proceden sus soleras- de una de las naves con las que Magallanes y Elcano iniciaron en 1519 el periplo que les llevó a dar la I Vuelta al Mundo, partiendo y arribando desde la playa de Bonanza, en Sanlúcar de Barrameda.
Orientada al mar está la bodega en la que Montserrat Molina, directora de enología de Bodegas Barbadillo y Armando Guerra, miembro también de este departamento, empezaron a germinar la idea en la que el responsable comercial de la bodega, Antonio Sánchez, aportó tambén su toque creativo. "Una manzanilla fácil de beber, que fuera directa al paladar de todos los sanluqueños, para que comprendieran este vino tan nuestro", apuntaba este último durante la presentación que ha tenido lugar en la Bodega El Toro y a la que han asistido, además de periodistas especializados, responsables del sector hostelero local.
La Nave Trinidad forma parte de la primera bodega que compró en 1821 Bodegas Barbadillo, en pleno Barrio Alto de Sanlúcar de Barrameda. En 1999, la bodega sanluqueña lanzó al mercado su primera manzanilla en rama y desde hace 25 años, saca al mercado una saca estacional, también en rama, que ha logrado posicionarse en el mercado como uno de los referentes del mundo del vino del Marco de Jerez. A estas se suma ahora la manzanilla en rama más joven, la Nave Trinidad.
Así, tras la idea de Montserrat Molina, tanto Armando Guerra como Antonio Sánchez "arropamos la propuesta creativa y trabajamos en darle sentido como marca", ha recordado el enólogo sanluqueño en la presentación. Educar el paladar del consumidor, que cada vez se acostumbra más a vinos de larga crianza, en los que la crianza biológica puede derivar incluso en la aparición del velo de flor, es el sendero en el que vienen trabajando en esta bodega sanluqueña que en los últimos años ha aumentado su portfolio, incluyendo, entre otros, un vermut o una ginebra propios.