La Sección Cuarta de la Audiencia de Sevilla ha iniciado este viernes el juicio promovido contra un varón acusado de intentar asesinar a su esposa apuñalándola con un cuchillo y estrangulándola en la cocina de la vivienda familiar, alegando el encartado que tras comunicarle la mujer su decisión de separarse de él, intentó suicidarse mediante una ingesta de fármacos, tras lo cual sufrió un "apagón" de conciencia durante varios días, toda vez que la víctima ha ratificado el apuñalamiento denunciado.
Según el escrito de acusación de la Fiscalía, recogido por Europa Press, los hechos habrían acontecido el pasado 20 de marzo de 2020, pocos días después de ser decretado el primer estado de alarma frente a la pandemia; en la calle Torreblanca, en el sector norte del casco histórico de Sevilla capital, y el acusado es Carlos Eduardo S.V., sin antecedentes penales.
Allí, en su domicilio familiar, el acusado habría "abordado por detrás" a su esposa en la cocina de la vivienda, apuñalándola presuntamente con un cuchillo para después arrojarla al suelo y ponerse sobre ella, asifxiándola apretando su cuello entre las manos, siempre supuestamente.
La mujer habría intentado repeler la agresión, mordiendo un dedo pulgar del encartado, que habría respondido apuñalando a la mujer de nuevo, esta vez en el cuello, al tiempo que seguía intentando asfixiarla, sufriendo la víctima un "sangrado masivo" y en suma "peligro de muerte, ya que las heridas afectaron a zonas vitales".
La Fiscalía detalla además que a la fecha de los hechos, el encartado estaba "afectado" por el consumo de sustancias tóxicas y su "estado emocional dado el momento personal y general que estaba viviendo, por lo que su capacidad de obrar se encontraba afectada".
Petición de condena
La Fiscalía achaca al encartado un supuesto delito de asesinato en grado de tentativa en concurso con un delito de lesiones, con la agravante de parentesco y la circunstancia eximente incompleta de su estado de afección, reclamando para él nueve años de cárcel y 20 años de prohibición de acercarse a la víctima o comunicarse con ella.
Durante la vista oral, el acusado ha narrado que el 8 de marzo de 2020, es decir pocos días antes de ser ordenado el confinamiento obligatorio en los hogares ante la propagación del coronavirus Covid-19, su esposa le habría anunciado su decisión de separarse, extremo que le habría sorprendido por completo. La mujer, según el encartado, le había trasladado la necesidad de que él abandonase la vivienda, aunque dándole un plazo de unas tres semanas interrumpido por la implantación del primer estado de alarma contra el Covid-19, que prohibía los desplazamientos salvo por motivos laborales, de salud o de urgencia.
Según el acusado, tras anunciar su mujer la separación, él ya comenzó a pensar en suicidarse. "Era un zombi", indicaba respecto a su estado anímico, exponiendo que era consciente de que su mujer había conocido a otro hombre dadas las conversaciones telefónicas entre ambos y la reclusión obligatoria en las viviendas que pesaba para todos los ciudadanos.
Ganas de "morir"
En cuanto a la noche del 20 de marzo, ha explicado que la mujer y él subieron a la azotea del bloque de viviendas donde residían para tomar "una copa" al aire libre, asegurando que él habría consumido numerosas cervezas; y que tras comentar ella los "planes" para su nueva vida; una vez bajaron al piso él decidió intentar suicidarse, para lo cual según su versión de los hechos consumió "30 pastillas" de un fármaco relajante, para así "morir" en la cama una vez acostado.
Tras la ingesta de los barbitúricos, según el acusado, habría sufrido un "apagón" de su conciencia del que sólo recordaría fugaces imágenes en su mente de la mujer gritando, "un charco de sangre" y su abogado diciéndole "no declares, no declares", tras lo cual habría recuperado la conciencia tres días después de los hechos. "No sabía ni donde estaba", ha asegurado.
La víctima, de su lado, ha asegurado que durante el rato que ambos compartieron en la azotea, el acusado tan sólo bebió una cerveza porque el mismo no toleraba apenas el alcohol, tras lo cual al bajar a la vivienda y entrar en la cocina sintió una acometida por detrás y la primera "cuchillada", tras lo cual reclamó al encartado que "parase", pero el mismo habría intentado asfixiarla, asestándole después una segunda cuchillada. "Había sangre por todos lados", ha aseverado la mujer.