El propietario de la calentería, Antonio Paz, situada en el barrio sevillano de la alfalfa prepara los últimos calentitos.
Un negocio emblemático en la zona, y en el que el dueño se ve obligado a echar el cierre, tras la pérdida de clientes, y por el aumento del alquiler del local.
El domingo será el último día que puedan probar sus calentitos.
A partir de entonces, Antonio traslada su negocio a Gelves, municipio dónde vive él.