"Creo que es un escándalo". Así de rotunda se muestra la arquitecta Zaha Hadid sobre la demolición, por orden del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía, de las obras de la Biblioteca de la Universidad de Sevilla, que ella diseñó y en las que se habían invertido ya cuatro millones de euros.
"No conozco los detalles; quizá alguien cometió un error; no tengo ni idea de la historia completa, pero en estas circunstancias, cuando España está pasando por serios problemas financieros, demoler un edificio que ya se está construyendo cuesta dinero y es simplemente inaceptable", explica en una entrevista con Efe la arquitecta y diseñadora.
Afirma no estar "enfadada" por la demolición, pero insiste: "es una locura; es una pena; es un proyecto maravilloso. No es una casa privada, es un edificio público, bueno para los estudiantes; tenía todos los permisos de edificación".
La Biblioteca de la Universidad de Sevilla comenzó a construirse en el Prado de San Sebastián, una zona verde cuya catalogación se cambió para permitir el equipamiento educativo. La decisión fue recurrida por los vecinos de la zona, que ganaron la batalla legal.
El pasado 21 de agosto, las máquinas de demolición llegaron a las obras, que incluían ya el aparcamiento subterráneo y los pilares de la biblioteca. Todavía no se ha evaluado el coste del derribo y la reposición de la zona ajardinada.
Nacida en Bagdag pero afincada en Londres, donde fundó el estudio que lleva su nombre, Hadid se convirtió en 2004 en la primera mujer en recibir el Premio Pritzker de Arquitectura (considerado el Nobel de esta disciplina).
Autora de edificios emblemáticos, futuristas y sinuosos como el Aquatics Center de los Juegos Olímpicos de Londres 2012 o el Pabellón Puente de la Exposición Internacional de Zaragoza 2008, está en Madrid para inaugurar hoy la exposición "Zaha Hadid. Beyond Boundaries, Art and Design", que se muestra hasta el 3 de noviembre en la galería Ivorypress.
"No se puede hablar de ahorrar y de austeridad y al mismo tiempo derribar un edificio que va a ser útil para los estudiantes, porque ahora lo más importante es que la gente tenga educación", advierte Hadid, que visitó España por primera vez cuando tenía siete años, con sus padres.
Fue a Madrid, Sevilla, Granada y Córdoba, ciudad que la impresionó profundamente. Ahora, ha viajado en tres horas desde Madrid a esta ciudad andaluza, y por eso, afirma: "Sé que es un momento difícil, pero España ha hecho en los últimos 40 años increíbles avances; es maravilloso. No deben ser negativos".
De fuerte personalidad y desbordante imaginación, Hadid, de la mano de su estudio, diseña, además, todo tipo de objetos, como la mesa en la que concede esta entrevista, una de las casi cien obras artísticas que se exponen en Ivorypress, comisariada por Kenny Schachter.
Pero esa imaginación no la impide ser pragmática, ya que reivindica la arquitectura porque "proporciona refugio" y une a las personas, es decir, se "necesitan lugares donde vivir, estudiar, reunirse", en definitiva: parques, colegios o estadios deportivos.
Además, reconoce que no sueña con un material nuevo o perfecto con el que trabajar, ya que, "la innovación y la investigación permiten lograr formas complejas y morfologías orgánicas muy interesantes partiendo de lo que ya tenemos".
Esta innovación da alas a la creación de formas caprichosas y novedosas como las que ha plasmado en el teatro Guangzhou Opera House en China, o ya en su primera obra, la estación de bomberos Vitra (Weil am Rhein, Alemania) en 1991.
"Al principio -admite-, en el estudio se dejaban llevar por el deseo de hacer cosas totalmente nuevas", en línea con la filosofía del movimiento moderno de la arquitectura sustentada en la renovación de los espacios, pero con el tiempo, confiesa, ha descubierto que "la geometría es un pilar y un punto de conexión con el pasado".
Y de hecho, reflexiona mirando a su alrededor, algunas formas de esta exposición podrían estar conectadas con el dinamismo del Barroco.