La serie continuada de corridas de la feria de Abril -que este año se celebra íntegramente en mayo por el retraso del calendario litúrgico- dará comienzo mañana jueves en la Maestranza de Sevilla, sin grandes figuras y cargada de interrogantes.
La tajante decisión que este invierno tomaron conjuntamente cinco de los primeros espadas del momento -El Juli, Morante de la Puebla, José María Manzanares, Alejandro Talavante y Miguel Ángel Perera- de no torear en Sevilla mientras estén al frente del coso los actuales arrendatarios ha condicionado tanto la elaboración de los carteles como la venta de entradas de un ciclo mermado ya de partida.
La empresa Pagés, que cumple ochenta años en la Maestranza a lo largo de tres generaciones familiares, ha intentado eludir la polémica con unos toreros indignados por su "falta de respeto" y ha elaborado finalmente unas combinaciones con escasos atractivos que hacen prever una reducción de abonados superior a la de años anteriores.
Y, aunque aún no han trascendido cifras oficiales ni datos fidedignos de la venta de entradas, la escasa afluencia de público a las taquillas durante el plazo de renovación de abonos parece indicar que se verán pocos llenos en las corridas de esta feria de 2014.
Con todo, tanto el festejo que inauguró la temporada el Domingo de Resurrección, con los toros de Miura, como la novillada previa del pasado domingo registraron una más que estimable entrada que ha generado cierto optimismo frente a las pesimistas previsiones iniciales.
Para romper la inercia negativa y compensar en lo posible la ausencia de las primeras figuras de la feria, la empresa representada por Eduardo Canorea y Ramón Valencia ha hecho una profusa y variada campaña de promoción del ciclo durante las semanas previas.
Aun así, el mayor interrogante de la feria se centra no tanto en la asistencia de publico a los tendidos sino en la verdadera calidad del producto final, es decir, en los resultados de unos festejos tan promocionados como poco atractivos sobre el papel.
Sin los cinco toreros disidentes -además de José Tomás, ausente de esta plaza desde 2002-, la figura de más enjundia de las pocas que se anuncian en la feria es el valenciano Enrique Ponce.
Pero para abundar en las cortapisas, su presencia será duda hasta el último momento, pues estos días se intenta recuperar a marchas forzadas del grave percance sufrido en las Fallas de Valencia.
Es así como, con la presencia de Ponce en el aire, será El Cid quien soporte en tres tardes el peso del abono, frente a los dos paseíllos del francés Sebastián Castella, del vasco Iván Fandiño y del sevillano Manuel Escribano, que se reveló en la pasada edición y que ya se estrenó este año en Sevilla con los de Miura.
En dos corridas también están anunciados el local Antonio Nazaré -uno de los triunfadores de la edición de 2013- y el rejoneador también hispalense Diego Ventura.
También destaca la presencia en los carteles de tres diestros mexicanos, uno de los cuales, Joselito Adame, hará doblete, mientras que Diego Silveti y Arturo Saldívar sólo tendrán una oportunidad, enfrentados los tres a toros de divisas con garantías. Su atípica contratación ha convertido esta edición de la feria de Abril en la más poblada de toreros mexicanos de su historia.
El resto son puestos tanto para toreros veteranos e instalados como para jóvenes con más o menos posibilidades de dar el salto en el escalafón, en lo que la empresa califica como "oportunidades de futuro". Claro que la gran responsabilidad que para muchos supone verse anunciados con tanto lujo y tan buenas ganaderías en una cita como la de Sevilla puede convertirse en un arma de doble filo.
El 11 de mayo, cuando se hayan arrastrado los seis toros de Victorino Martín, en el único encierro de corte "torista" del abono, todos esos interrogantes ya habrán tenido cumplida respuesta.