Tres mujeres que portaban en andas "una vagina de plástico de un par de metros de altura a modo de Virgen" en la manifestación del 1 de mayo de 2014 convocada por la Confederación General del Trabajo (CGT) han declarado este jueves en calidad de investigadas (antes imputadas) ante la juez de Instrucción número 10 de Sevilla y han negado que tuvieran una "voluntad de mofa" con esta acción.
La abogada que ejerce la defensa de estas mujeres, Pastora Filigrana, ha informado a Europa Press de que las mismas han comparecido ante la juez en calidad de investigadas por un delito contra los sentimientos religiosos y han admitido que participaron en la procesión pero "han dejado claro" que no organizaron el acto, ya que la procesión "se convocó a través de las redes sociales como una performance dentro de la manifestación del 1 de mayo".
"Ellas participaron a título individual o en grupos de afinidad con amigas, pero no fueron promotoras del acto", ha subrayado la letrada, que ha explicado que, durante las comparecencias de las tres investigadas, la instructora "ha querido ver si estaban imitando una procesión y si ello tenía una connotación de mofa o insulto", pero ellas "han dejado claro que no".
NI INSULTOS NI ALTERCADOS CON FELIGRESES
De este modo, ha añadido que se trataba de "un acto lúdico, festivo y reivindicativo", por lo que "si parecía una procesión, en todo caso la procesión se utilizaba para exaltar o venerar la imagen de la vagina como imagen de la mujer precarizada", añadiendo que las tres mujeres investigadas "han dejado claro que el objetivo era una reivindicación política de los derechos de la mujer en sentido amplio, no sólo laboral".
Las tres mujeres han declarado que "en ningún momento había voluntad de mofa", mientras que tampoco "hubo insultos o altercados con feligreses", de manera que "se pasó por las iglesias porque no había otro itinerario", ya que "del Pumarejo a la Basílica de la Macarena es imposible no pasar al menor por una iglesia", ha explicado la letrada.
De este modo, y según ha indicado la abogada, "no era parte de la acción el pasar por la iglesia ni la acción estaba dirigida a la iglesia ni a la iglesia católica". "En ningún momento hubo insultos, sino los cánticos típicos de una manifestación feminista", ha señalado Pastora Filigrana, que también ha recordado que las tres investigadas "en ningún momento fueron identificadas" por la Policía en el momento de los hechos, sino a posteriori.
"DERECHOS SEXUALES Y REPRODUCTIVOS"
Una de las investigadas, Antonia Ábalos, que forma parte de la Asamblea de Apoyo al Coño Insumiso, ha criticado en declaraciones a los periodistas la "criminalización del movimiento feminista" y ha señalado que el día de los hechos salieron a "reivindicar los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres y a denunciar la precariedad, los asesinatos, que cada vez son más brutales y violentos, y la violencia en contra de las mujeres".
En la puerta de los juzgados del Prado de San Sebastián se han concentrado varias decenas de personas convocadas por la Red de Apoyo al Coño Insumiso de Sevilla a fin de apoyar a las tres compañeras, denunciando en este sentido que la identificación de las encausadas "se ha realizado por parte de la Policía a través de los llamados
ficheros ideológicos".
Según la Red de Apoyo, "los datos que recogen estos archivos son trayectoria política e ideológica de activistas, datos personales y
fotografías", añadiendo que, en este caso concreto, "durante la manifestación no se realizó ninguna identificación y las compañeras imputadas no tienen ningún tipo de antecedente penal ni policial, sino que sólo se han distinguido por su activismo feminista y por firmar una petición de apoyo publicada en Internet a la Asamblea de Mujeres Diversas".
LOS HECHOS
La magistrada ordenó a la Policía que identificara a las mujeres que portaban dicha vagina de plástico en base al vídeo que consta a tal efecto, en el cual algunas de estas mujeres portan mantilla y llevan el rostro descubierto, mientras otras sí tienen la cara cubierta por capirotes de nazareno.
La juez tomó esta decisión después de que el secretario general de la CGT en Sevilla, Miguel Sevillano, señalara en su declaración como imputado que, en el marco de la manifestación celebrada el 1 de mayo por el Día del Trabajo, otros grupos se unieron a la misma, entre ellos uno feminista, con el que la CGT "no tiene nada que ver".
Al hilo de ello, Miguel Sevillano puso de manifiesto que, cuando este grupo feminista se unió a la manifestación, considera que "lo que llevaban no simulaba un paso de Semana Santa ni ningún símbolo religioso", no obstante lo cual quiso dejar claro que él "no tuvo nada que ver en su creación".
En esta causa permanecen imputados tanto el secretario general de la CGT en Sevilla como el secretario de Organización de la CGT en Andalucía, Félix Cervera, contra quienes la Asociación de Abogados Cristianos se querelló por un delito contra los sentimientos religiosos en concurso con un delito de provocación a la discriminación, al odio y a la violencia por motivos referentes a la religión o creencias.
En la querella, consultada por Europa Press, dicha asociación relata que los hechos ocurrieron el día 10 de abril de 2014, cuando miembros del sindicato "convocaron, organizaron y realizaron" una manifestación titulada 'Procesión del santísimo coño insumiso' y del 'santo entierro de los derechos socio-laborales', que partió de la sede de la CGT en Sevilla.
Ya el 1 de mayo de 2014, se convocó nuevamente por la CGT una manifestación "semejante a la anterior", indica la asociación, que añade que, en dichas manifestaciones, "se recreaban procesiones de Semana Santa, escenificadas en tono de burla", todo ello "a ritmo de tamborada y presidida por el 'paso' de una vagina de plástico de un par de metros de altura a modo de Virgen, portada en andas".
NIEGA "INSULTOS, DESPRECIOS O HUMILLACIONES"
Miguel Sevillano dijo, respecto a la manifestación del 10 de abril, que su fin "era la defensa de los derechos laborales y denuncia de un despido por discriminación por cuestión de género", precisando que la manifestación concluyó en Plaza de Armas, "que es donde trabajaba la compañera despedida", cuyo despido "fue declarado nulo" posteriormente.
De este modo, aseveró que "no se realizó ninguna frase ni actuación que conllevara insultos, desprecios o humillaciones".
En relación a la manifestación del 1 de mayo, explicó que la misma estaba autorizada y se realizó por ser el Día del Trabajo, añadiendo que, en determinados momentos de su desarrollo, otros grupos se unieron a la misma, entre ellos uno feminista, con el que la CGT "no tiene nada que ver".
El imputado, asimismo, aseveró que su sindicato "no realizó ninguna actividad que aludiera a símbolos religiosos" y tampoco "se produjo ningún insulto ni menosprecio hacia la Iglesia católica", pues la CGT estuvo centrada "en la cuestión laboral".