Está claro que este Sevilla del Año I de Sampaoli ha llegado al fútbol de los grandes para quedarse. Se trata de salir enchufado desde el primer minuto, de agobiar al contrario físicamente, de que el balón ruede a una velocidad que los rivales no lo vean o les sea muy difícil contrarrestar el juego sevillista. Y, por el momento, les está funcionando.
Anoche, el Dínamo de Zagreb se plantó en el campo con un 1-5-4-1, pero ese esquema era continuamente roto por los locales. Cuando algo fallaba, estaba Nzonzi para solventarlo, mostrando un poderío físico llamado a liderar el juego sevillista cuando se le precise.
Los ataques sevillistas se multiplicaban, los córners iban llegando, y parecía cuestión de tiempo que cayese el primer gol, y lo hizo a los 31 minutos, cuando Luciano Vietto recogía el balón dentro del área y tras driblar a la defensa croata, se saca un potente disparo ante el que nada podía hacer el guardameta Dominik Livakovi, que lucía un poco habitual número 40 para un guardameta en su espalda.
Al contrario de lo que se pudiese pensar, el gol no hizo que el Sevilla se relajase, sino que siguió buscando la portería rival igual que si el marcador señalase todavía un empate, con saques de esquina botados por Ganso y Escudero, hasta que llegó la última jugada de la primera parte, en la que Stojanovic dejaba a su equipo con diez jugadores tras ver su segunda tarjeta amarilla.
Comenzaba la segunda parte con la posibilidad de ver a un Dínamo de Zagreb más incisivo, con más ganas de encontrar el gol. Matel entraba por Soudani para buscar a la desesperada algo más de juego de ataque, pero el Sevilla parecía dispuesto a no tirar el partido ni siquiera de forma aproximada, con el rabillo del ojo puesto en el partido de la Juve, que le daba a ambos la clasificación para octavos de final.
Cuando todavía faltaba media hora de partido, el conjunto visitante ya había agotado sus tres cambios. Pero no tenían efecto. El Sevilla tenía encerrado al Dínamo, y las ocasiones iban cayendo, más o menos claras, pero iban cayendo.
Una de las más llamativas la firmó Vitolo a pase de Ganso, pero Livaković supo moverse a bocajarro para evitar el gol.
Con la decoración que se veía en el campo parecía cuestión de tiempo que cayese el segundo. A los 66 minutos, el lateral Sergio Escudero marcaba con un disparo cruzado. Ya todo parecía hecho, y pendiente solo de que la Juve no base los brazos ante el Lyon.
Y no solo no bajó los brazos, sino N'Zonzi y Ben Yedder remataron una faena en la que solo el lunar del empate a última hora del Lyon en Turín empañaron la noche, pero la clasificación para el Sevilla está a tan solo un punto, y se puede refrendar el 22 de noviembre en casa ante la Juve.
Ficha técnica:
Sevilla FC 4
Dínamo Zagreb 0
Sevilla FC: Sergio Rico; Mariano, Mercado, Rami, Escudero; N'Zonzi, Kranevitter; Franco Vázquez (Ben Yedder, 60’), Ganso (Kiyotake, 75’), Vitolo (Sarabia, 75’); y Vietto.
Dínamo Zagreb: Livakovic; Stojanovic, Sigali, Schildenfeld, Benkovic, Pivaric; Machado (Peric, 60’), Pavicic, Coric (Situm, 53’); Soudani (Matel, 46’) y Fernandes.
Goles:
1-0 m. 31: Vietto.
2-0 m. 66: Escudero.
3-0 m. 80: N’Zonzi.
4-0 m. 87: Ben Yedder.
Árbitro: Felix Zwayer (Alemania). Expulsó con dos tarjetas amarillas al visitante Stojanovic (m.11 y 45). Además, amonestó a los visitantes Pivaric (m.21) y Pavicic (m.28).
Incidencias: Partido de la cuarta jornada del grupo H de la Liga de Campeones, disputado en el estadio Ramón Sánchez Pizjuán ante algo mas de 35.000 espectadores. Terreno de juego en buenas condiciones. Asistió al partido el exjugador del Sevilla y Real Madrid Davor Suker, actual presidente de la Federación Croata de Fútbol.
