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Sevilla

La iglesia del convento de Santa María de Pasión “renace”

Hallan nuevos restos de la iglesia del antiguo convento de Santa María de Pasión, el más importante de los tres que existían en apenas 200 metros en Sierpes

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  • La arquería reforzada en la primera planta del salón de celebraciones. -

La Junta de Gobierno del Ayuntamiento de Sevilla ha aprobado inicialmente la modificación puntual del Plan Especial de Protección del sector 8.3 ‘El Duque-Salvador’, promovida por la Gerencia de Urbanismo, en lo referente a la ficha Catálogo correspondiente a la finca sita en la calle Santa María de Gracia número 13, con el fin de elevar el nivel de protección y aumentar los elementos protegidos del edificio, al haberse descubierto en el mismo más restos  de la iglesia del antiguo convento de Santa María de Pasión, gracias a una propuesta de intervención.

Tras este descubrimiento el nivel de protección patrimonial del inmueble pasa de protección en grado 2 (D) a protección parcial en grado 1 ( C ). Los elementos protegidos son la fachada y restos de la iglesia del convento, y deben recuperarse para su puesta en valor el espacio de la capilla central.  

Los tres conventos


La Gerencia de Urbanismo rememora que a finales del siglo XVI y principios del XVII, en la época de mayor prosperidad económica y cultural de la ciudad de Sevilla, se fundaron tres conventos en la calle Sierpes, en el tramo comprendido entre la Campana y la calle Rioja: el de Nuestra Señora de Consolación, de las monjas mínimas, en la esquina con la calle Rioja, fundado en 1593; el de San Acacio, de los agustinos descalzos, situado en la misma manzana pero en la esquina opuesta hacia Pedro Caravaca, y el de Santa María de Pasión, de la orden dominica, fundado en 1590 y situado en la manzana comprendida entre las actuales calles Rafael Padura (Vargas Campos) y Azofaifo. Los tres conventos corrieron la misma suerte y desaparecieron en el segundo tercio del siglo XIX.

Este último convento de Santa María de Pasión era el más importante, de reconocido mérito artístico, con una iglesia “muy capaz y adornada de tres naves, divididas por arcos sobre robustas y hermosas columnas de mármol pareadas, es decir, dos en cada arranque del arco”.

Dichas columnas no son hoy día visibles a simple vista, si bien los técnicos creen que podrían estar ocultas en las pilastras de la planta baja del inmueble ubicado en la calle Santa María de Gracia.

Evidencias arquitectónicas

Las evidencias en que se basan para suponer que el edificio actual se asienta sobre la iglesia del convento de Santa María de Pasión son las siguientes:

-Tiene una planta perfectamente rectangular que se organiza en tres crujías paralelas a la calle Vargas Campos: la central, más ancha, y las dos laterales de idéntica dimensión, más estrechas, apareciendo cuatro líneas de carga: la fachada a calle Vargas Campos, las dos líneas centrales y la medianera paralela a la citada calle. Esta distribución en tres crujías coincide con la distribución de la iglesia en tres naves.

-En el salón de celebraciones de la planta primera aparece una sucesión de arcos de medio punto de ladrillo sobre estribos de piedra coincidente con las dos líneas de carga centrales antes citadas. Estos estribos tienen su continuidad en unas pilastras de planta baja con apariencia de fábrica de ladrillo, si bien se desconoce su composición real y muy bien podrían ocultar los pares de columnas de mármol descritos en los textos citados.

-Por otra parte, si se analiza la planta baja del edificio, aparte de las naves central y laterales de la iglesia, se pueden distinguir el presbiterio y el sagrario. Asimismo, el aumento del grosor del muro en el apoyo del último arco permiten suponer que la entrada a la iglesia se encontraba en la actual fachada a Santa María de Gracia, tal como también se observa en el plano de Olavide.

Pletinas de acero

Todas estas circunstancias hacen pensar a los técnicos de Urbanismo que en el actual edificio de viviendas se utilizó la estructura de la iglesia del convento (actuales plantas baja y primera), y que se superpusieron sobre las mismas las tres plantas de viviendas, cuya sobrecarga puede ser la causa de las patologías observadas en los arcos y estribos.

Estos elementos se han reforzado mediante un sistema de tirantes y pletinas de acero que por su aspecto y tipología constructiva parecen bastante antiguos.

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