La sevillana Paula Villas y su grupo de amigas y compañeras de la Facultad de Medicina de la Universidad de Sevilla tenían una fecha marcada en el calendario de 2020: el 16 de marzo saldrían las notas definitivas del MIR y con ellas pondrían fin a seis años de carrera y a una recta final de once horas diarias de estudio sin faltar ni un solo día, ni siquiera en verano. El 13 de marzo, con el decreto de estado de alarma, se truncaron los planes de Paula y sus amigas. Los de ellas y los de todos los españoles que, tras más de 50 días de confinamiento absoluto, empiezan a recuperar algo de la cotidianeidad suspendida.
Los MIR de 2020 están desde el 13 de marzo a la espera de sus calificaciones finales que son las que les abrirán las puertas de un puesto definitivo. Sin embargo, trabajo no les ha faltado. La formidable crisis sanitaria desatada por el coronavirus ha hecho que las autoridades sanitarias hayan llamado a filas a todos los efectivos posibles, entre ellos, los MIR. Paula está desde hace más de un mes ejerciendo en la Sierra Norte de Sevilla como médico de familia. Ella es una de los profesionales a los que el SAS ha llamado para cubrir bajas o para hacer de refuerzo de un sistema sanitario que ha sido muro de contención del avance de la pandemia.
Paula reconoce que “esperaba tener unos meses de vacaciones” después de tanto estudio y sacrificio y no tener que incorporarse a trabajar para frenar una pandemia. Pero, en vez de quejarse y lamentarse, ha decidido ponerse no sólo a ejercer sino también a ayudar en lo que mejor sabe hacer: la medicina. Con sus amigas, naturales de las provincias de Sevilla, Huelva y Cádiz, han puesto en marcha un consultorio en Instagram (Covid19andalucia) y Facebook en el que, desde el comienzo de la pandemia, responden dudas, actualizan la información sobre los protocolos sanitarios y lanzan mensajes de ánimo.
“Nos dimos cuenta de que la gente estaba muy perdida. Los cambios constantes en los protocolos eran una locura y tanta información era un mareo para los usuarios”, explica Paula como portavoz del grupo. El consultorio ha tenido dos fases. En la primera de ellas, eran los pacientes y usuarios los que hacían más preguntas; ahora, son los profesionales sanitarios los que recurren a ellas para poder contar con la última información digerida y bien explicada. Tras semanas de trabajo, Covid19andalucia cuenta con “toda una red de apoyo”.
¿Seguirá abierto este consultorio cuando esté controlada la pandemia? Paula no sabe aún qué responder a esta pregunta pero le gusta pensar en la idea de que se quede abierto a modo de “historia para conocer cómo se ha vivido y afrontado” la pandemia del Covid-19.
Paula reconoce que aunque están sobradamente preparadas y formadas, la realidad es que “a los MIR no nos ven como a un médico con 20 años de experiencia”. En la Facultad de Medicina tienen contacto con la Epidemiología en segundo y quinto de carrera, en asignaturas cuatrimestrales con las que adquirir “nociones básicas”. Nada como la práctica, se suele decir, y la pandemia del coronavirus ha sido un máster intenso y doloroso, muy doloroso, reconoce Paula.
Esta médico hizo el examen del MIR a finales de enero y tan sólo cinco días después estaba en Vietnam para tomarse un respiro merecido. “Hasta el último momento estuvimos pensando si ir o no, pero en Exteriores y en el servicio de Preventiva del hospital nos decían que éramos jóvenes, que de coger el coronavirus se preveía que fuera como una gripe… Cuando volvimos ya dijimos que habíamos visto mucha precaución y a una sociedad muy concienciada”, recuerda ahora.
Tras semanas de experiencia en primera línea, Paula se muestra orgullosa de la iniciativa Covid19andalucia que pusieron en marcha un grupo de amigas en redes sociales como Instagram, altavoz sobre todo de influencer de marcas de ropa, cosméticos y todo tipo de fruslerías. Este grupo de amigas que se conoció en 2013 en las aulas de la Facultad de Medicina de Sevilla “nunca” pensaron que iban a empezar a ejercer su vocación con una pandemia, pero hoy están convencidas de que su trabajo tiene que ser, además de curar y salvar vidas, divulgar y ayudar a la gente a “prevenir”.