Con la curva de fallecidos estabilizada en la provincia de Sevilla (286 en total) y más de 2.500 curados después de dos meses batallando contra el virus, el sistema sanitario andaluz empieza a respirar aliviado. La pandemia remite aunque no está erradicada. Para mantener los números en horquillas razonables que no impliquen, de nuevo, una presión desmesurada sobre los centros hospitalarios, la Consejería de Salud ha reforzado la red de alerta epidemiológica y ha diseñado un protocolo de trabajo con el que lograr mantener a raya al virus. Una fiesta de cumpleaños en Badajoz con más personas de las permitidas en esta fase acabó con un contagiado y 18 casos sospechosos y la amenaza de un nuevo brote que puede dar al traste con el avance en la desescalada de esta provincia.
Médicos y enfermeras de Atención Primaria (cuyos efectivos en Sevilla han aumentado con la contratación de medio centenar más), en colaboración con los epidemiólogos, trabajan desde hace semanas en cercar el virus para frenar su propagación. ¿Cómo? El método es sencillo aunque requiere de una comunicación y coordinación suficientemente engrasadas. Juan Carlos Palomo, coordinador de la Unidad de Gestión Clínica Alamillo-San Jerónimo, explica que los médicos de familia son los primeros de la cadena: cuando reciben a un paciente con sintomatología “compatible” con el coronavirus, solicitan la realización de una PCR (siglas en inglés de Reacción en Cadena de Polimerasa y que permite detectar un fragmento del material genético de un patógeno) que se ejecuta en un plazo que oscila entre las 24 y las 72 horas. Si el resultado de dicha prueba es positivo, el médico aísla al paciente durante 14 días y le solicita información y contactos de aquellas personas con las que haya estado, ya sean familiares y amigos como compañeros de trabajo. Todos ellos también tienen que someterse a un aislamiento y a una serie de pautas.
Una vez confirmado el positivo y detectados aquellos que han estado en contacto con el contagiado, el control pasa a una enfermera de familia, que es la encargada de hacer el seguimiento telefónico durante las casi dos semanas de confinamiento: temperatura, síntomas, estado de ánimo… Al menos se hacen tres llamadas de teléfono en esos 14 días. Si el paciente que da positivo en un centro de salud estuvo en contacto con personas adscritas a otros centros de salud, estos son “notificados” para que desde allí hagan el seguimiento, aclara Juan Carlos Palomo.
¿Qué efectividad está teniendo este método de rastreo del coronavirus? En Sevilla capital, la semana pasada, se realizaron 450 PCR en pacientes con sintomatología “sospechosa” con el Covid-19. Tan sólo cuatro casos resultaron positivos. Cuatro casos con sus consiguientes ramificaciones que ya están también bajo control.
Una vez confirmado el contagio por PCR y tras pasar los 14 días de aislamiento ya no se hace una segunda prueba, apostilla el responsable de la Unidad de Gestión Clínica Alamillo-San Jerónimo. “Los estudios epidemiológicos que tenemos nos dicen que una persona con Covid es contagiosa uno o dos días antes de que aparezcan los síntomas y hasta unos siete u ocho. No tendría sentido hacerle otra PCR”, explica Juan Carlos Palomo.
“El seguimiento epidemiológico se lleva a cabo durante todo el año aunque no es tan llamativo como ahora porque no tenemos que aislar a nadie. Hay tratamientos y se administran. Con el Covid, no”, apunta este profesional, para el que el mejor fármaco del que disponemos en Andalucía hasta la fecha es el seguimiento a todos los contactos de un caso positivo.