La protesta había sido convocada por el colectivo Galicia Bilingüe para reclamar “libertad de elegir” el gallego o el castellano en la escuela o en la administración, y que convocó una reacción de un grupo de independentistas, unos 250 según fuentes policiales.
En el acto, al que según fuentes policiales acudieron cerca de siete mil personas, coincidieron dirigentes del PP, que asistieron “a título individual”, así como del partido de Rosa Díez, UPyD, entre otros colectivos.
Antes de que comenzase el acto, algunos grupos de independentistas se aproximaron a la Alameda compostelana, de donde partió la manifestación. En este momento se produjeron las primeras cargas policiales, con lanzamiento de pelotas de goma, y se registró el primer detenido, que fue esposado en el suelo, frente a la Alameda.
Cuando la manifestación estaba llegando a la plaza de la Quintana, donde concluyó, se registraron de nuevo escaramuzas de independentistas en las inmediaciones de la catedral, que arrojaron cristales, piedras y botellas y rompieron la luna de un coche de la Policía, así como la de una unidad móvil de RNE.
Durante los disturbios se registraron destrozos en el mobiliario urbano, como quema de contenedores o rotura de lunas de marquesinas, mientras los independentistas lanzaban piedras.