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Doellman se basta para aniquilar al CAI

Pese a las ausencias, el Valencia saltó a la pista dispuesto a sacar partido de su mermada línea interior y volcó su juego ofensivo sobre Doellman y Lishchuk

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Una extraordinaria exhibición de Justin Doellman dio hoy la victoria al Valencia Basket en su duelo ante el CAI Zaragoza, que se mantuvo igualado hasta que en el tercer cuarto el omnipresente ala-pívot estadounidense desarboló al conjunto aragonés.

Los locales afrontaban el choque con sólo tres de sus cinco interiores por las bajas de Bojan Dubljevic y Juanjo Triguero y a mitad del segundo cuarto, Serhiy Lishchuk se tuvo que sentar en el banquillo con cuatro faltas. Pero Doellman hizo el trabajo de todos ellos y acabó el choque con 32 puntos, 7 rebotes, 3 asistencias, 4 recuperaciones, 2 tapones y 42 puntos de valoración.

Pese a las ausencias, el Valencia saltó a la pista dispuesto a sacar partido de su mermada línea interior y volcó su juego ofensivo sobre Doellman y Lishchuk.


Tras unos minutos a remolque, el CAI respondió con sus exteriores, entre los que destacó un inspirado Pere Tomàs, que le abrió la pista con sus lanzamientos desde las esquinas.

El encuentro se igualó pero el Valencia mantuvo el control hasta que se enredó con el árbitro principal Pérez Pérez. El intercambio de decisiones y protestas tuvo su punto álgido con una técnica a Lishchuk que acabó de descentrar a los locales.

El CAI aprovechó el desconcierto por medio de los georgianos Shermadini y Sanikidze. Con Lishchuk en el banquillo con cuatro faltas, el primero asumió la responsabilidad ofensiva y el segundo de encargó de cerrar el rebote en el aro propio. Entre ambos lideraron un parcial de 3-16 que le dio al conjunto aragonés una esperanzadora ventaja (31-38, m.27).

Pero el Valencia supo salirse de la espiral en la que había entrado. Van Rossom recuperó el timón del choque, se volvió a arremangar en defensa y con una buena labor ofensiva de Vladimir Lucic se las arregló para llegar al descanso por delante (43-41, m. 20).

En la reanudación, la aparición del visitante Damien Rudez no fue suficiente para frenar al omnipresente Doellman y al incisivo Lucic, que se aliaron para abrir hueco en el marcador. El estadounidense reboteó, taponó tiros, robó balones y anotó de casi todas las formas imaginables para desesperación de un CAI incapaz de frenar su extenso repertorio (70-56, m. 30).

José Luis Abós lo intentó todo, incluida una zona que estaba tan pendiente del estadounidense que dejó libre a Romain Sato y Rafa Martínez para que la desactivaran desde la línea de tres puntos.

Ahora era el CAI el que perdió el poco hilo que le quedaba con algunas decisiones arbitrales y la técnica fue para un desquiciado Shermadini que vio ya desde el banquillo como Lishchuk y Lucic terminaban la obra de Doellman.

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