Los turistas que han visitado este fin de semana Arcos se han encontrado una imagen casi inédita de la ciudad, con una plaza del Cabildo despejada de vehículos, con las iglesias abiertas de par en par y con visitas guiadas al desconocido castillo ducal de la ciudad; desconocido porque en rara ocasión abre sus puertas al público debido a su carácter privado.
El castillo es uno de los principales monumentos y encantos del casco antiguo arcense, y quienes lo han visto por dentro quedan maravillados de su patio de armas, de sus jardines y de otras estancias, aunque la zona privada, lógicamente, permanece cerrada al público.
Tanto ajetreo de turistas por el casco antiguo se corresponde con la particular celebración que hace la ciudad del Día Internacional del Turismo, que aunque fue oficialmente el pasado 27 de septiembre, por aquello de no interferir en la Feria de San Miguel se ha pospuesto para estos días. Sin embargo, la amplísima programación organizada a tal efecto, no sólo tiene como protagonista al turista, sino también al vecino de Arcos. Entre las visitas ilustres a las jornadas se encontraba la de los alumnos del centro ocupacional Juan Candil o la de los alumnos del CEIP Las Nieves.
La anécdota del viernes fue la niebla, que no sólo privó a turistas y vecinos de presenciar las asombrosas vistas desde el mirador de la peña, sino además de montar en globo como estaba previsto, ya que la visibilidad desde la alturas era nula. Ello provocó cierto debate entre el Ayuntamiento como organizador de los actos y la empresa responsable de la actividad. Además, pudo haberse dado un problema imprevisto con las dimensiones de la plaza del Cabildo que acabó por trasladar el montaje del globo al recinto ferial. Pero había más actividades para todos los públicos, como un interesante taller de cerámica impartido en su propio establecimiento por el artesano Andrés Oviedo, quien daba explicaciones de cómo se elabora, por ejemplo, una vasija con el mejor barro.
El Día del Turismo en Arcos también quiso ser una invitación a los escolares, para que conozcan mejor, si cabe, su conjunto histórico artístico y las maravillas que encierra su ciudad, pero sobre todo un homenaje a la importancia que tiene el turismo en la economía de la ciudad.
Los actos continuaban con un pasacalles, actuaciones musicales, una visita a una conocida bodega y con la posibilidad a los negocios de mantener abiertas sus puertas hasta las doce de la noche, así como con distintas degustaciones por gentileza de los hosteleros locales.
