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La zona baja, testigo del Ramadán

La celebración del acto religioso es sagrada para los musulmanes, tanto para hombres como mujeres

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  • La actividad en la zona baja de la ciudad comienza a partir de las horas nocturnas, cuando los musulmanes se concentran en los comercios. -
  • En Algeciras, los 3.973 censados, suelen rezar sus oraciones en las inmediaciones del Llano Amarillo
La llegada del mes de Ramadán trae consigo uno de los acontecimientos más importantes y especiales, tanto real como simbólicamente, para un musulmán, celebración de gran regocijo en el noveno mes de su calendario, que comenzó el pasado miércoles día 11 de agosto, y que es conocido por ser el mes en el que realizan un ayuno diario desde el alba hasta que se pone el sol.

Cientos de ellos practican el acto religioso en Algeciras, sobre todo en la zona baja, en las inmediaciones del Llano Amarillo. Se trata de una jornada que pasa desapercibida para el resto de habitantes de la ciudad, pero que en este colectivo, muy arraigado en la zona, tienen un carácter que mezcla religión y tradición.


En el municipio hay censados un total de 3.973 musulmanes, cuya actividad se centra en el Paseo Marítimo y en la zona baja, donde muchos regentan un bar o restaurante donde ofrecen la gastronomía típica de su país, demandada por muchos algecireños.

La inmensa mayoría de los musulmanes insiste en seguir la tradición de marcar el inicio del ramadán a simple vista, observando el cielo hasta percibir el primer creciente después de la luna nueva. Sin embargo, otros se guían por la fecha y hora calculada de antemano para cada zona o esperan el anuncio oficial de algún organismo islámico.

Ayuno
El Ramadán dura 29 días aproximadamente, días en los que tanto los hombres como las mujeres  deben dejar de comer, de fumar, perfumarse o tener relaciones sexuales desde la salida del sol hasta el ocaso. El ayuno es deber del musulmán adulto, sano de juicio, saludable, sea hombre o mujer.

Los menores de edad no están obligados a ayunar, pero los musulmanes aconsejan a los padres que los animen a hacerlo para que se acostumbren y lo puedan practicar sin mucha dificultad cuando sean mayores. No obstante, el anciano débil, el enfermo crónico, el viajero o la mujer embarazada no están obligados a ayunar, aunque sí a dar de comer en compensación a un pobre por cada día que no hayan ayunado.

Asimismo, las noches de Ramadán suelen estar acompañadas por cenas festivas entre familiares y amigos en las que hay siempre un menú más extraordinario de lo habitual.

La cultura musulmana es muy estricta en sus ideologías, por ejemplo, bañarse, ducharse, nadar y sumergirse en el agua sin tragar nada por la boca o por la nariz, está permitido en el periodo de abstinencia, al igual que enjuagarse la boca con agua o aspirarlo por la nariz y volver a echarlo hacia fuera, además de comer, beber y tener relaciones sexuales desde que se rompa el ayuno con la puesta de sol, hasta la abstinencia con la salida del alba.

Para los musulmanes lo principal es la renovación de la fe durante este periodo. Los musulmanes se concentran en su fe y dedican menos tiempo a las preocupaciones cotidianas. Así, durante el día van a la mezquita y permanecen ahí varias horas orando y estudiando el Corán. Al atardecer, el ayuno termina con oraciones y una comida llamada iftar, y después es costumbre ir a visitar a la familia y a los amigos.

Además, algunos musulmanes dedican buena parte de la noche recitando una oración especial del Ramadán llamada la Oración Nocturna . El final del acto religioso, el día 11 de septiembre, se conmemora con una gran fiesta de tres días llamada Id-al-Fitr, fiesta del final del ayuno, donde se intercambian regalos.

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