Un inoportuno chubasco hizo su aparición hacia las 20.45 horas, tres cuartos de hora después de la puntual salida de la Cruz de Guía del paso de misterio y justo en el momento en que la Virgen culminaba su operación de salida del templo de San Isidro. Apenas un breve recorrido por las calles del barrio para el Cristo, que tuvo que darse la vuelta a la altura de la calle Teniente Miranda, no sin antes haber sido merecedor de tres emocionadas saetas. Una vez más, miles de penitentes seguían sus pasos.
Maniobra
Tras las lágrimas iniciales de los costaleros de la Virgen, no quedaba tiempo para lamentaciones. Los responsables de la hermandad decidieron regalar a los fieles un encuentro entre el Cristo y la Esperanza, que prolongó la salida en procesión hasta aproximadamente las 22.15 horas y emocionó a todos los asistentes.
La pena se la llevaron todos aquellos que se preparaban en el recorrido de carrera oficial para ver al Cristo más querido, que tendrán que esperar un año más para dar ese gusto a sus corazones.
