Estados Unidos anunció este lunes que concederá privilegios militares y económicos a Catar, mientras crecen los temores de que Rusia pueda cortar el suministro de gas natural a Europa por la crisis en Ucrania.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, recibió en el Despacho Oval al emir catarí, Tamim bin Hamad al Zani, y le comunicó que planeaba nombrar a Catar "aliado principal no miembro de la OTAN", un estatus especial que conlleva privilegios económicos y militares.
"Catar es un buen amigo, un socio capaz y en el que podemos confiar", dijo Biden al hacer el anuncio.
Un alto funcionario estadounidense aseguró a Efe que la decisión de elevar el estatus de la alianza con el país árabe "no tiene nada que ver con la OTAN ni con la escalada de Rusia contra Ucrania", sino con el reciente refuerzo de los lazos comerciales y de defensa entre EE.UU. y el emirato.
Sin embargo, la Casa Blanca ha confirmado que Catar es uno de los grandes productores mundiales de gas natural con los que ha estado conversando para ayudar a la Unión Europea (UE) a encontrar alternativas al suministro ruso de esa fuente de energía.
ALTERNATIVAS AL GAS RUSO
Varios países europeos, y especialmente Alemania, temen que un conflicto en Ucrania paralice la circulación del gas natural ruso que pasa por ese país y, además, creen que Rusia podría cortar otras vías de abastecimiento a Europa en caso de que Washington y sus aliados impongan sanciones.
Catar es actualmente el cuarto mayor proveedor de gas natural de la UE, con un 5,2 % de todas las compras de este recurso, por debajo de Argelia (8 %), Noruega (16 %) y muy por detrás de Rusia (41 %), de quien el bloque comunitario también depende para el abastecimiento de crudo, según datos de Eurostat de 2019.
La UE expresó la semana pasada su deseo de reforzar la alianza energética con Catar, y Estados Unidos ha pedido al emirato y a otros países que aumenten sus exportaciones a Europa de gas natural licuado (GNL), procesado en frío y que puede ser transportado de manera líquida en tanques, en vez de gasoductos.
No obstante, la Casa Blanca ya había rebajado las expectativas sobre la posibilidad de que Biden y el emir catarí anunciaran un gran acuerdo en ese sentido, y ninguno de ellos se refirió al tema delante de las cámaras al inicio de su reunión.
"Dado que Rusia sigue reforzando sus tropas alrededor de Ucrania, estaremos listos pase lo que pase", se limitó a decir Biden.
El emir catarí, por su parte, dijo que su prioridad era hablar sobre la "seguridad de la región" del Golfo Pérsico y sobre otros temas regionales, como la búsqueda de una "igualdad de derechos para el pueblo palestino".
UNA VICTORIA PARA CATAR Y OTRA PARA BOEING
Biden agradeció además al emir su ayuda para garantizar la salida de los ciudadanos estadounidenses y colaboradores afganos evacuados de Afganistán en los últimos meses, tras la retirada militar de Estados Unidos y sus aliados y la llegada al poder de los talibanes.
Las bases de EE.UU. en Catar han sido una de las principales escalas, junto con Alemania, de los vuelos estadounidenses con civiles y colaboradores afganos que salieron de Afganistán.
Ese fue, junto con el apoyo de Catar en la lucha contra el grupo terrorista Estado Islámico (EI) y la "sólida relación comercial" bilateral, uno de los motivos que citó la Casa Blanca para conceder al emirato el estatus de "aliado principal fuera de la OTAN".
Catar será el decimoctavo país en recibir ese estatus, del que también se benefician otros socios árabes como Egipto o Marruecos y dos latinoamericanos -Argentina y Brasil-, y que abre la puerta a la posible entrega de artículos excedentes de defensa y la organización de entrenamientos conjuntos.
Mientras el emir catarí se anotaba esa victoria, Biden presumía de otra: durante su visita a la Casa Blanca, la delegación de Catar firmó un acuerdo por el cual la aerolínea Qatar Airways se comprometía a comprar hasta 50 cargueros del nuevo Boeing 777-8.
"Este es uno de los mayores acuerdos que ha firmado jamás Boeing, y apoyará decenas de miles de empleos bien pagados en Estados Unidos", celebró Biden.
El precio total del acuerdo de compra es de unos 20.000 millones de dólares y supone un impulso para la estadounidense Boeing en su competencia con la europea Airbus, que precisamente mantiene un contencioso con Qatar Airways.