La Policía detuvo ayer a las 20.00 horas en el hospital en el que permanece ingresado al maquinista del tren que descarriló la noche del miércoles en Santiago de Compostela imputado por "imprudencia", según ha explicado el jefe superior de la Policía de Galicia, Jaime Iglesias.
Iglesias ha indicado en rueda de prensa que Francisco José Garzón Amo está "imputado por un hecho delictivo vinculado a la autoría del siniestro" y que la declaración policial se puede producir "en cualquier momento", mientras que la judicial podría tener lugar incluso en el centro hospitalario donde permanece detenido.
Iglesias ha dicho que desconoce la situación médica del maquinista y si ésta permite tomarle declaración, lo que cree que se producirá "a la mayor brevedad", probablemente a lo largo de esta misma mañana.
Ha abundado en que su pase a disposición judicial puede producirse "en el hospital o donde estuviere", y que si la Policía no lo ha interrogado ha sido por "cuestiones médicas o de orden de operativo policial".
El jefe superior de Policía de Galicia ha especificado que la detención del maquinista, que es policial y no a requerimiento del juez instructor del caso -que ordenó que la policía le tomara declaración como imputado-, se produjo a las 20.00 horas de ayer, cuando se le leyeron los derechos.
Ha abundado en que se trata de un atestado "muy complicado" y que hay que hacerlo "con cuidado" y bajo la tutela del fiscal y del juez, con los que debe haber un "entendimiento permanente y continuo".
Respecto a la caja negra del tren, ha especificado que está bajo custodia de la Policía Judicial, que tiene "unas condiciones técnicas singulares" para su apertura y que "no se va a hacer nada con ella" hasta que haya un acuerdo con la autoridad judicial, que "está ocupada en estos momentos en otras tareas".
Iglesias ha incidido en que hay "una cadena de custodia" y que cuando la caja negra del tren siniestrado se entregue al juzgado "se decidirá cómo se procederá a su apertura y al desarrollo de la información bajo la tutela judicial".
Además, el maquinista del tren Alvia que este miércoles se accidentó en Santiago dijo que se quería "morir", una vez que fue consciente de que el convoy había descarrilado a la altura de una curva ubicada en el lugar de Angrois, según se refleja en conversaciones entre la máquina ferroviaria y la sala que ya han sido transcritas.
"La he jodido", figura en las transcripciones de esas conversaciones que ya han sido incorporadas a las indagaciones sobre las causas del siniestro, según han confirmado a Europa Press fuentes de la investigación.
Estas fuentes han explicado que la comisión judicial aún no ha empezado a oír las dos cajas negras del tren siniestrado, que están bajo custodia policial, ya que se han priorizado las labores de identificación de los 80 fallecidos recuperados.
No obstante, sí se ha podido realizar un primer análisis de las transcripciones de las conversaciones mantenidas entre el tren accidentado y la sala, que forma parte del material que se ha facilitado, junto con imágenes de al menos dos cámaras de vídeo, una de ellas ubicada a la salida del túnel.
En esas conversaciones, el maquinista también reconoce, tras descarrilar, que alcanzaba una velocidad de 190 kilómetros por hora. No obstante, esa zona estaría limitada a 80 kilómetros por hora.
El maquinista Francisco José G.A. permanece en el hospital Clínico bajo custodia policial, a la espera de prestar su testimonio, una vez que el juez que lleva el caso, el titular del Juzgado de Instrucción número 3 de Santiago de Compostela, ha ordenado a la Policía Judicial tomarle declaración como imputado.