El cuarto de Pombo
Miseria de vida la que se ve discurrir al lado de una ventana que no es sino segundero de minutos y mudos suspiros
Una feminista en la cocina
La autora se define a sí misma en su espacio:
Qué maravilla
Sevilla quita todo el sentido cuando los nubarrones acechan y el río se platea. Toda gris, enfurruñada como una niña con pataleta,
Cosecha del sesenta
Hemos sido niñas buenas, atemorizadas, obedientes y maceradas al fuego que les impusieron a nuestros padres que solo parecían servir para trabajar
Pobrecita tú
Prefiero que me atilden de virtual como ya lo hicieron por mi fobia a compartir espacio vital que de mema
Se acabó
El mundo está corroído por la envidia, el odio y el rencor más visceral a la nada más absoluta.
Se acerca
No hay cláusulas en este contrato que no firmamos al nacer, pero por el que nos joroban de lo lindo, estrujándonos la bilis y quebrándonos el alma
Adiós, Lara, adiós
Esperanza Mateos sigue igual, tan eternal como son los directores en su papel de directores, como el inigualable Juan Rosado
La resaca
Estamos en una pecera en la que vemos para reclamo de publicidades y ventas. Solo somos números que trabajan, comen, defecan y mueren, y no por ese mismo orden
Ay, que te como
Ahora dicen que los neandertales eran caníbales, porque se comían a los que más querían
Aparcados
Llegados a una mayor edad donde parece que te quedan tres telediarios para apalancarte en la otra
Y por qué no lo dejas
Creo que nunca ha dimitido ningún Presidente en este país y épocas nuestras, al menos que yo recuerde, excepto Suarez.
